Los copagos y la urgencia de poner límites

Los copagos y la urgencia de poner límites

Los copagos y la urgencia de poner límites. Contra el derecho a la salud en República Dominicana ha persistido la falta de uniformidad y racionalidad en el cobro complementario por los servicios que a sus afiliados aplican prestadores del Seguro Familiar de Salud, una discrecionalidad que se traduce en negación asistencial a los más necesitados y es difícil imaginar hasta dónde llega tal licencia.

Si para que el sistema funcione y resulte «rentable» para proveedores de consultas, medicamentos e internamientos, los pacientes deben ser sometidos a cobros adicionales que liberan de obligaciones a las ARS, es notorio que está faltando equidad.

A más severa o «catastrófica» dolencia, más caro resulta escapar de la muerte, lo que en muchas ocasiones solo sería posible estando al cuidado de profesionales de más alta especialización con uso de los recursos científicos de última generación.

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Subir a esa torre de marfil es prohibitivo por más asegurado que se esté, pues la tabla tarifaria que a conveniencia hacen valer especialistas de la clase perfumada no se compadece con el ingreso promedio en esta sociedad.

Notables consultorios de exquisiteces de postgrados, maestrías y doctorados cursados en afamados claustros del Primer Mundo solo resultan accesibles para quienes están en el rango de ingresos más alto, gente que no llega al 5% de la población. Sus «honorarios» paralelos son brutalmente excluyentes o, sencillamente, no aceptan asegurados. Salvación para la minoría.

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