Los costos de las legislaturas

Los costos de las legislaturas

Las cámaras legislativas tienen costos demasiado altos, y habría que ver si los mismos se corresponden con el rendimiento en servicios que espera el país de cada uno de sus representantes.

La suma de lo que gastarán este año los diputados y senadores, tan solo en alimentos y bebidas, asciende a 156.5 millones de pesos, distribuidos en 36.5 millones para los 32 senadores y 120 millones para los 183 diputados.

A esto hay que sumar gastos de representación por 19.8 millones de pesos para los senadores y 75.1 millones para los diputados, así como viáticos en el país de  1.2 millones y otro millón para el exterior para los senadores y para los diputados  129.9 millones para viáticos en el país y otros 72 millones para usarlos fuera del país.

A semejantes costos hay que adicionar todavía otras sumas correspondientes a pasajes hacia el exterior, cuentas de Internet y teléfono y otras sumas, así como los salarios básicos y las exenciones de impuestos que reciben los legisladores.

Como se ve, es realmente impresionante el costo por concepto de consumos que los legisladores cargan al erario. Esto contrasta severamente con el pobre rendimiento que recibe el país a cambio de esos costos. No queda claro si se va al Congreso a servirle al país o a servirse de sus recursos.

Ayudemos a que funcione el 911

Deja mucho que desear el uso que alguna gente le da al servicio de emergencia denominado 911. Durante el  2010, el centro que canaliza el servicio de atención en emergencia recibió 1,820,290 llamadas, de las que apenas fueron veraces 26,332, es decir 1.43%. El resto, más del 98%, fueron bromas y falsas alarmas de niños y ciudadanos que no se imaginan el daño que hacen con esta actitud.

Aunque a nuestro 911 le falta mucho para parecerse al de otros países desarrollados, es un innegable servicio que ayuda a salvar vidas o resolver situaciones de emergencia. Permite dar asistencia oportuna, canalizando las llamadas de los ciudadanos hacia los organismos competentes para atender cada caso. Cada llamada sin fundamento le resta oportunidad a un ciudadano realmente  necesitado de ayuda de emergencia. Todos debemos cooperar para que cada llamada al 911 corresponda a una verdadera necesidad.

Publicaciones Relacionadas