El mundo de la cristalería es inmenso. Y de igual magnitud son los delicados y finos trabajos que pueden lograrse con este material, no solo en la joyería (donde más se aprecia), sino también en la arquitectura y decoración.

En ambos casos, la delicadeza y el lujo se hacen presentes, pues son las principales características de las creaciones en que se utilizan cristales.

Entre los muchos que hay para escoger, algunos se destacan de manera especial cuando se habla del tema.

Cristales de Swarovski. A estos hay que sacarles un plato aparte. Fueron creados por el checo Daniel Swarovski en 1895, y hoy día, su compañía es líder entre los más finos y lujosos cristales tallados del mundo.

Cristal de Bohemia. Se empezó a fabricar a finales del siglo XIII, pero no obtuvo gran resonancia hasta finales del siglo XVI. Es muy transparente. Se produce en varios colores, siendo el azul el primero en hacerse.

Baccarat. Es un cristal francés tan elegante que la mayor parte de los coleccionistas de cristal consideran estos objetos como obras de arte. Con este hacen copas, candelabros, figuras… desde hace más de dos siglos.