Los cruceros que llegaban a la turística provincia de Samaná disminuirán en 50 por ciento para la próxima temporada de invierno que inicia en el mes de noviembre por el acoso de parte de los vendedores de diferentes mercancías y servicios.
Desde la pasada temporada invernal los operadores de cruceros en esa zona fueron notificados sobre la reducción, que se debe a las inminentes quejas de los pasajeros por la presión social tan grande que recibían de los vendedores, por lo que ya no quieren bajarse.
Cuando un crucero ve que en una parada el 40, 50 o 60 por ciento de los pasajeros no quiere bajar ese puesto lo elimina porque para qué mantenerlo en su itinerario, expresó el empresario y expresidente de la Asociación de Hoteles y Turismo de la República Dominicana (Asonahores), Rafael Blanco Canto.
Blanco Canto habló del tema al participar en el Almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio junto a los directivos de la institución, tales como Julio Llibre, presidente; Arturo Villanueva, vicepresidente ejecutivo; Frank Rainieri, expresidente, y Manuel Quiterio Cedeño, asesor de relaciones públicas.
Caso Puerto Plata. Blanco Canto puso de referencia que esa situación sucedió en Puerto Plata, en la costa norte del país, donde a finales de los años 70 y principio de los 80 llegaban cinco cruceros semanales, los cuales cancelaron su parada por la persecución de la que eran objeto los turistas de parte de vendedores ambulantes y transportistas.
Recuperar un destino cuesta mucho más trabajo que hacer un destino porque hay que luchar contra una mala imagen, dijo Blanco Canto, al referir que hoy en día ese anterior gran polo turístico aún no ha podido recuperarse.
El empresario reconoció que el Gobierno ha hecho la mayoría de las construcciones que se venían reclamando para relanzar a Puerto Plata. Aunque indicó quedan puntos pendientes como el traslado del vertedero de la entrada de la ciudad y la construcción de la planta de aguas residuales en Cabarete y la conclusión de la remodelación del aeropuerto.
Sin embargo, pese a las inversiones Blanco indicó que en Puerto Plata persisten problemas sociales, como la seguridad, el acoso de los vendedores, el tránsito y transporte que no suceden en países de la competencia y que mantienen alejados a los turistas.
Se necesita orden. Si no permitimos que el mercado se desarrolle de manera ordenada, ese mercado no va poder contribuir a disminuir los niveles de pobreza que hay en la República Dominicana, expresó Blanco.
Entiende que el sector turístico necesita aliados estratégicos para tratar de que eso se corrija, y en eso la opinión pública es fundamental, ya que cuando las autoridades vayan a poner reglas de orden, muchos salen a defender a los vendedores porque son cabezas de familia.
Blanco apunta que aunque es verdad que esas personas se están ganando un sustento de manera honrada, pero por otro lado se están haciendo un daño a ellos mismos, al advertir que si se sigue permitiendo esa arrabalización los niveles de pobreza que hay en el país serán difíciles de bajar.
Asaltos. Con relación a los asaltos que sufren los pasajeros a la salida del Aeropuerto Internacional de las Américas, Villanueva dijo que directivos de esa organización se han reunido con el representante de la Policía Turística a los fines de buscar medidas para que se reduzcan esos casos. Informó que además tienen pendiente un encuentro con el jefe de la Policía Nacional.
Recordó que en una ocasión Asonahores ofreció donar en los aeropuertos aparatos para cortar las señales de los celulares de manera que no haya comunicación en áreas restringidas.
Villanueva apuntó que el hecho de que el representante del Gobierno declarara que los hechos delictivos contra pasajeros suceden porque hay bandas que tienen conexiones con empleados del puerto, evidencia una situación medular en la seguridad.
Pobreza cerca de los enclaves
El presidente de Asonahores consideró ayer que si no se nota más el efecto positivo de la industria turística en las comunidades próximas a los enclaves es porque no ha habido una atención oficial para la construcción de obras que permitan que la población viva decentemente.
Julio Llibre refirió que existen comunidades turísticas donde ni siquiera hay un acueducto, planta de tratamiento, vertedero, carretera en buenas condiciones, entre otros servicios. Dijo que el sector privado no puede construir esas obras, pero aún así en algunas comunidades ha tenido que suplir de agua potable a la población.
Llibre recordó que muchas comunidades se han creado a partir del levantamiento de hoteles turísticos, sector que ha facilitado una movilización de empleos como ninguna otra actividad la genera en el país. Favoreció que los empleados informales puedan ir integrándose al sector turismo como una forma de mejorar sus condiciones de vida y del empleo.
Es una acción que tiene que venir desde el Estado para que pueda hacerse visible el impacto positivo que tiene el turismo en la República Dominicana, expresó.