Los cubanos listos para un nuevo azote de los huracanes

Los cubanos listos para un nuevo azote de los huracanes

Por Isabel Sánchez
LA HABANA,  (AFP) – Acostumbrados al embate de los huracanes, los cubanos, verdaderos expertos del clima, se movilizan para recibir el jueves una temporada activa de unos 15 ciclones, con 75% de probabilidades de que al menos uno golpee con fuerza en la isla.

Avituallamiento, limpieza de drenajes, poda de árboles y, como novedad este año, cursos por televisión, forman parte del ajetreo en medio del cual los cubanos se alistan para la temporada de ciclones tropicales, que va hasta el 30 de noviembre.

«Aquí vamos otra vez. ¡Esto no es fácil! A partir de mañana mi mamá, que tiene 61 años, comienza a padecer (preocuparse). Va a ser una temporada activa, uno no puede tener tranquilidad», declaró Teresa, un ama de casa de 38 años que vive en un barrio del oeste de la capital, a la AFP.

Al igual que todos los cubanos, ella conoce bien su rutina anual anticiclónica. «Tengo que asegurar los cristales de las ventanas y los tanques de agua, destupir los tragantes (limpiar los desagües) y el patio, y tener a la mano mi radio portátil», afirma una oficinista de 50 años en La Habana Vieja.

El Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología de Cuba (Insmet) pronosticó 15 ciclones, nueve de los cuales alcanzarían la categoría de huracán, con 75% de probabilidades de que al menos uno afecte a Cuba.

Para enfrentar el peligro de los ciclones, los expertos cubanos tienen un fluido intercambio de información con sus colegas estadounidenses, a pesar de las diferencias ideológicas entre los gobiernos de sus países.

La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica estadounidense (NOAA) espera entre 13 y 16 tormentas, de ellas de ocho a 10 huracanes y cuatro a seis huracanes «intensos», de categoría tres ó más en la escala Saffir-Simpson (máxima cinco).

Ambas instituciones señalan que es muy difícil que se repita una temporada tan activa como la de 2005, cuando se formaron un total de 28 tormentas, 15 de ellas huracanes.

Más que intensa, la temporada de 2005 fue agresiva: Cuba fue castigada directamente por «Dennis» -el más mortal de los últimos 42 años en la isla con 16 muertos-, «Rita» y «Wilma», que provocó la mayor inundación de la historia de La Habana; en tanto que el sur de Estados Unidos fue devastado por Katrina.

Este año, por primera vez, Cuba cuenta con una partida millonaria para atención de desastres incluida en el presupuesto nacional y, como si no fueran ya especialistas empíricos, los cubanos seguirán «Los ciclones tropicales», un curso por televisión de 18 clases, a partir del jueves.

«Todo cuidado es poco. No esperamos una hecatombe, pero hacemos planes para situaciones extremas», subrayó el jefe del Estado Mayor de la Defensa Civil, teniente coronel Domingo Carretero.

El sistema preventivo de Cuba es reconocido por entidades internacionales especializadas debido a su eficacia. No obstante, esta temporada ha estado precedida por torrenciales aguaceros, imposibles de prever según las autoridades, que dejaron siete muertos y graves daños en La Habana la pasada semana.

Durante la temporada ciclónica los cubanos siguen al pie de la letra las indicaciones de José Rubiera, principal experto del Insmet y, con naturalidad pasmosa, hablan de hectopascales -medida de presión de atmosférica-, vientos sostenidos y categorías de la escala de Saffir-Simpson.

Para revisar los mecanismos preventivos de catástrofes, hace una semana se realizó el ejercicio Meteoro-2006, con la participación de efectivos de entidades económicas y sociales, de los consejos y zonas de Defensa, de las Fuerzas Armadas y el Ministerio del Interior.

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