LA HABANA. AP
Cientos de miles de cubanos convocados por el presidente Miguel Díaz-Canel, marcharon ayer por la tarde frente a la Embajada de Estados Unidos para pronunciarse en contra de las sanciones norteamericanas y para que se excluya a la isla de la lista de Washington de países patrocinadores del terrorismo.
Horas antes, Díaz-Canel había reconocido que la economía cubana operaba prácticamente “al día”, en medio de una dura crisis, y que se esperaba mayor hostilidad desde Estados Unidos en el próximo mandato republicano.
“Marchamos ya para decir al gobierno de Estados Unidos: ¡dejen al pueblo cubano vivir en paz! Abajo la injerencia, abajo el bloqueo, abajo las medidas coercitivas unilaterales contra Cuba”, dijo el mandatario, desde una tarima ubicada a un costado de la Embajada de EEUU. La manifestación también estuvo encabezada por el líder y ex presidente Raúl Castro.
Durante el cierre de la sesiones plenarias de la Asamblea del Poder Popular, el Parlamento, el mandatario Díaz-Canel reconoció que este 2024 la economía cubana atravesó uno de los peores años del último lustro.
“Prácticamente vivimos al día. Son muchas las quejas del pueblo, justas por la demora o fragmentación de la canasta familiar normada (la libreta de abastecimiento entregada a cada cubano), la distribución de la leche, el pan, el gas licuado o medicamentos, productos básicos e imprescindibles”, comentó Díaz-Canel a diputados.
El embargo contra Cuba fue impuesto en la década de los 60 y flexibilizado por el presidente Barack Obama (2009-2017). Pero su sucesor, Donald Trump, lo endureció presionando un cambio de modelo político, sin que se modificara bajo el mandato de Biden.