Los cuidados deben ser dados por personas que tengan conocimientos, ya que es necesario ayudar a caminar, alimentar

Es importante que los cuidadores tengan acceso a recursos adecuados para hacer frente a estos desafíos.
En nuestro medio la mayor dificultad es la falta de apoyo práctico, es decir, no contar con las herramientas necesarias para realizar las tareas básicas del cuidado:

Falta de ayuda para movilizar el paciente varias veces al día.

Poca comunicación con el personal médico a cargo y poca interacción para coordinar el suministro de medicamentos.
Dificultades para cambiar ropa de cama.
Incapacidad para la elaboración y seguimiento de una buena dieta.
Muchas veces deben atender al paciente en cama y atender otras labores.
Dificultad para tomar decisiones por no tener autorización familiar.
Falta de comunicación, pues muchas veces el enfermo es abandonado y el cuidador no tiene contacto directo con familiares.
Falta de apoyo financiero: labor mal pagada y muchas veces gratuita cuando se trata de un familiar.
Aislamiento social del cuidador y falta de estímulo para realizar su labor.

El autocuidado es un punto que hay que destacar en cualquiera de los tipos de cuidador. El trabajo de los cuidados es una tarea altamente exigente y lleva asociados unos niveles muy altos de desgaste físico y emocional. Para que el cuidador no experimente una sobrecarga es importante tener algunos aspectos en cuenta. El principal sería el de no olvidar o pasar por alto sus momentos de ocio, más aún si se compagina el cuidado de una persona con otro tipo de actividad laboral.

Una buena red de apoyo puede constituir un buen método de desahogo. Es bueno que el cuidador comparta con amigos y familiares cómo se encuentra y cómo está llevando la situación de cuidados. Además, es importante que conozca dónde están sus límites y que no los rebase.