Los curiosos nombres de las operaciones policiales en España

<STRONG>Los curiosos nombres de las operaciones policiales en España</STRONG>

Foto de la "operación captura", en 2009

Algunos nombres son más originales que otros.

BBC Mundo. Der gürtel: «el cinturón», en alemán. Correa: sinónimo de cinturón y también apellido del presunto jefe de la trama de corrupción política más famosa de la actualidad española Francisco Correa. Caso Gürtel: caso «cinturón». Nombre clave con el que la policía comenzó por referirse a la operación.

En principio, era un nombre sólo descifrable por los funcionarios que comenzaban las pesquisas en 2009. Ya pasado a juicio -como suele ocurrir- el nombre pegó en la prensa y terminó el misterio.

Pero habrá más: cada vez que se abra un nuevo caso, habrá un nuevo nombre curioso, un «acertijo» que le dará un toque casi cinematográfico al expediente policial.

Es una costumbre de los cuerpos de seguridad españoles bautizar los casos con palabras muchas veces ingeniosas, nombres que comienzan por ser cifrados y son resultado de juegos de palabras, traducciones no tan simples al inglés o al alemán o una combinación de ideas originales.

No hay un código para nombrarlos. Todo depende del investigador de turno, de cuya parte queda echar mano de la inventiva, colgarse de un detalle, un giro, un significado agudo y, a la vez, cercano a la voz de calle.

«Siempre hay algún ocurrente», le dice a BBC Mundo el inspector de la policía judicial, Dionisio Martín. Al nombre final se llega por consenso, asegura.

Téngase por caso «Malaya», otro caso de corrupción urbanística célebre en España, concentrado en Marbella, ciudad de la provincia andaluza de Málaga.

Una versión dice que el nombre es la mezcla entre Málaga y Marbella, pero con una falta ortográfica: Malalla. Otra, que se asocia a la forma de tortura malaya que se usa cuando los detenidos no confiesan de ninguna otra forma.

Nada que ver, al parecer, con la expresión «malhaya sea» maldita sea, utilizada mayormente en la zona del Caribe. Aunque quizás eso pudiera haber dicho alguno de quienes quedó mal parado como consecuencia.

De la luna a la jineta Los delitos económicos, llamados de «guante blanco», son los que más han crecido en los últimos años, comenta a BBC Mundo el veterano periodista José Yoldi, quien durante 29 años escribió sobre información policial en El País. Son precisamente los que han recibido algunos de los nombres más curiosos.

Así, están «Ballena Blanca» blanqueo de capitales, «Campeón» «Pokémon» comisiones irregulares a cargos públicos a cambio de concesiones y «Emperador» también blanqueo de capitales de una organización criminal china.

Los voceros de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la policía judicial no accedieron a contar más sobre ellos a BBC Mundo porque, dijeron, varias de estas operaciones siguen en curso.

El jefe del «departamento de Alunizajes» no tuvo, en cambio, reservas para hablar de los suyos. No, no hay astronautas involucrados: en la jerga policial española, el «alunizaje» no es más que la acción de reventar una vitrina, un modus operandi que consiste en empotrar un vehículo, generalmente robado, contra el escaparate de una tienda, para entrar a vaciarla.

Es el delito más frecuente en la sección que dirige Dionisio Martín en la policía judicial, que investiga las ofensas consideradas violentas: además de los «alunizajes», atracos a bancos, secuestros, extorsiones y butrones lo que queda de horadar una pared, sobre todo la de una joyería, para llevarse todo lo que hay dentro.

Martín tiene en su mano una lista de operaciones de «aluniceros», con nombres llamativos marcados en rosa fluorescente, que lee a BBC Mundo:

Operación Ninfa: El nombre viene porque uno de los detenidos «estaba de pareja con una chica bastante ‘ninfómana'».

Operación Tope: Todos los robos que organizaban los hacían con una pata de cabra y «tope» significa robar haciendo fuerza, usando una palanca.

Operación Bravos: «Estos eran muy echados pa’ lante, muy osados».

Operación Arrastre: Al intentar quitarle el carro, los ladrones arrastraron a su dueña, porque se resistió al robo.

Operación Anca: Al jefe de la banda le apodaban El Rana.

Operación Jineta: No es el femenino del jinete, sino la derivación de la marca de carro que usaban siempre los delincuentes, un Jaguar. En España, la jineta es un gato grande.

Operación Grillo: «Eres más negro que el sobaco de un grillo», es una expresión popular española. Aunque en las operaciones evitan usar nombres que aludan a etnias, sexo, religión, este apunta a la raza negra de uno de los integrantes de la banda.

Operación Cordón: Porque eran ladrones de joyerías y a los collares de oro se les llama «cordones».

Operación Scottie: A uno de los miembros de esta banda le apodaban «El Pipen» y relacionaron el alias con el apellido del famoso jugador de baloncesto.

Y está una que el inspector Martín no menciona en su lista, pero que, por muy famosa, viene a la memoria de Ricardo Magaz, presidente de la Sociedad de Criminología de España: la Operación Olímpica, en la que detuvieron a «aluniceros» que tenían predilección por los carros de marca Audi y los anillos de su logo recordaban a las olimpíadas.

En un cangrejo Ricardo Magaz, otrora también un policía judicial, cree que la costumbre empezó a sistematizarse en los noventa, con la operación Nécora, que desmanteló una gran red de narcotráfico de Galicia, a la que se bautizó con el nombre de un cangrejo propio de la zona.

«Antes era un asunto doméstico, sin naturaleza corporativa. Fue tomando cuerpo, porque desde las direcciones se vio que era idóneo bautizar las operaciones para diferenciarlas del trabajo rutinario del policía y ponerlas en valor. Poner nombres a las operaciones policiales humaniza la función policial», comenta a BBC Mundo.

Y ahora, sostiene, ya es parte de su «marketing institucional».

Martín afirma que en la medida en que se ha ido sofisticando el delito, también lo han hecho los nombres. Pero el «privilegio» está reservado al llamado crimen organizado o de bandas de más de tres integrantes.

Los casos que involucran a grupos más pequeños y delincuentes que actúan en solitario suelen apellidarse con el alias del delincuente o el nombre de la víctima.

 

Publicaciones Relacionadas

Más leídas