París. EFE.- Seguramente porque nada se parece más a un currículum que otro currículum, Alain Ruel apostó en 2011 por vender el suyo como si se tratase de un anuncio de rebajas. La treta le garantizó un contrato y, de paso, germinó en una web destinada a recopilar y premiar los currículum vitae (CV) más insólitos.
Del CV impreso en una lata de conservas o el videojuego inspirado en Pokémon al anillo grabado con la rúbrica “comprométase conmigo» -profesionalmente, se entiende-, las soluciones recogidas en la página CV-Originaux (Currículums originales) son inabarcables. El margen de eficacia, no tanto.
“El objetivo de la página es agrupar historiales insólitos y analizarlos junto a aspirantes y empleadores para mostrar al internauta las claves de un buen CV”, relata Ruel a Efe.
Y aunque la originalidad no tiene por qué ser un “factor clave”, dos de cada tres curriculums no convencionales sí obtiene una entrevista, según revela un estudio confeccionado por el propio Ruel.
Un 44 por ciento de estos candidatos exitosos incide en lo “decisivo” del CV original en su contratación.
Yves Bonneyrat, a fecha de hoy, no forma parte de ese porcentaje. Después de “enamorarse” de una marca de patatas fritas, este comercial de 43 años incrustó su CV y su imagen en uno de los envases para, acto seguido, enviarlo a la firma.
“La pasión por estas deliciosas patatas y mi instinto comercial despertaron mi curiosidad”, declaró Bonneyrat a CV-Originaux tras admitir que había descartado “disfrazarse de patata gigante».
La marca, que pese a todo aún no le ha respondido, reconoció su particular propuesta a través de un mensaje en su cuenta de Twitter en el que elogiaba el entusiasmo de Bonneyrat por conseguir un puesto en la empresa.
Lo cierto es que en tiempos de crisis “resulta vital sobresalir» -insiste Ruel- por mucho que, pese a que pueda servir de pasaporte a una entrevista, un CV original “no debería traducirse directamente en un contrato».
Pero a veces sucede, o al menos al propio Ruel. “Seis meses antes de concluir mis estudios decidí ofrecer mi ‘CV en rebajas’”, admite, tras señalar que no se trataba tanto de potenciar sus competencias como de promocionarse mediante una infrecuente “estrategia de comunicación».
La idea desencadenó un torbellino mediático que consolidó al atónito Ruel como el “candidato en rebajas” o el “graduado en rebajas”, un gurú del ingenio a la cabeza de una generación sitiada por el derrumbe del mercado laboral.
“No era para nada mi intención”, reconoce al revelar el final de un episodio que se saldó con un contrato fijo antes incluso de su graduación.
Al margen del anecdotario, los CV extravagantes no dejan de resultar un método entre otros muchos para explotar los siete segundos de promedio que un reclutador dedica a cada currículum.
Habitual vivero de ingenio, redes sociales y portales de empleo se movilizan para maximizar las posibilidades de un CV e iluminan una tendencia en alza, los currículum en formato de vídeo.
A este respecto, en una entrevista con el canal informativo MetroNews, el director del gabinete de recursos humanos Page Personnel, Jean-Philippe de La Tour du Pin, confirmaba que un currículum filmado “nunca debería sustituir al tradicional».
“Tampoco conviene utilizar un ‘selfie’ en la fotografía de presentación”, agregó. Mientras tanto, la página de Ruel continúa creciendo y ya presume de una edición en inglés y otra en castellano. “La imaginación no tiene límites”, concluye.