Los daños por atrasos

Los daños por atrasos

La lista de acreedores del Estado crece y crece a pesar de que con frecuencia se anuncian nuevas inversiones o programas oficiales que implican gastos mayores. 30 mil exempleados alegan haber sido despedidos del Ministerio de Educación sin las prestaciones que la ley manda. Una parte de la plantilla de miembros del Ministerio Público reclama beneficios salariales en función de las categorías alcanzadas en sus labores, y médicos adscritos al programa de vacunación contra la covid-19 se resistían a trabajar porque no les han cumplido con beneficios salariales extras por un servicio crucial del momento.

Si se buscasen más casos de la especie, y se miden otros impagos por construcción de escuelas, hospitales, suministros de alimentos y obras sueltas por ahí, el Estado dominicano aparecería retratado como un mayúsculo incumplidor.

Así ha sido siempre en esta república.
Preocupan las repercusiones que pueda generar la morosidad de entes públicos que en conjunto constituyen el mayor empleador, constructor y receptor de aprovisionamientos del país. sobre todo cuando se trata de servir al Estado sin interrupción, obligando a los prestadores y constructores a consumir sus capitales de trabajo. ¿En qué medidas la presión de los incumplimientos reduce la calidad de lo adquirido o haría que por interrupciones muchos proyectos resulten más caros de la cuenta a los contribuyentes?

Efecto planetario de la covid-19

República Dominicana recibe el fuerte impacto externo de las alzas en materias primas (commodities) y transporte en un mundo convulsionado por la pandemia que sacó de balance importantes áreas de la economía. Incluyendo la caída y reflote de China que tras deprimir su producción industrial, pasa a devorar importaciones abrumando mercados. No se estaba preparado para eso y aquí existe de viejo un déficit de autosuficiencia desatendido.

Se dispone de áreas para cultivos, clima ideal y métodos para producir cereales como el maíz, habichuelas y sorgo y de tradición ganadera como para reducir la subordinación a costos externos. Si más pandemias han de venir, como pronostican especialistas, o habría de durar mucho la que está, sobran motivos para proponerse expansiones productivas para las que se tenga vocación.

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