Los de la orillita y los cristianos de mar adentro

Los de la orillita y los cristianos de mar adentro

Manuel Maza, S.J.

Este miércoles inicia la cuaresma, tiempo de preparación para celebrar la muerte y resurrección de Jesús. Durante 40 días, hasta el Domingo de Ramos, la Iglesia nos anima a profundizar en nuestro bautismo. Por el bautismo estamos llamados a morir a esas fuerzas que llevaron a Jesús a la muerte. Hay que morir a : “los ídolos del poder, de la riqueza y del placer efímero” y trabajar responsablemente por el bien común. Cuaresma también es acoger la propuesta de Jesús resucitado a estar de “pie y perseverantes ante los grandes desafíos” que confrontamos» como nos han aleccionado nuestros obispos.

Entre nosotros hay dos tipos de católicos. Están los católicos de la orillita. Somos católicos de la orillita, cuando nos comprometemos con el Señor mientras toquemos el fondo con nuestros pies y veamos lo orilla. Somos católicos de la orillita si seguimos a Jesús mientras lo veamos sentado en nuestra barca y predicando.

Pero desde la orilla cómoda no cambiaremos nada. Nuestros obispos enseñan, que empezaremos a cambiar cuando seamos sensibles a “la justicia social, el bien común, el desarrollo integral, la economía solidaria, la ética cristiana, el gasto social, la dignidad humana y la cultura de la responsabilidad.”

Hay que meterse en la “candelá” del “mundo de las comunicaciones, el desarrollo, la promoción de la mujer; la ecología y la impostergable reforma de la justicia. Hay que formar pensadores, evangelizar políticos (para Dios todo es posible), comunicadores, trabajadores y líderes comunitarios. Esa tierra de nadie de las cuestiones candentes, es de Dios y debe ser nuestra.

La cuaresma nos llama como a Pedro a remar mar adentro, allí nos reconocemos pecadores y aprendemos a ser pescadores de hombres (Lucas 5, 1 – 11).

 

 

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