WASHINGTON — Las posibilidades de los demócratas de recuperar la mayoría en el Senado se les estaban yendo de las manos el miércoles en la madrugada a medida que los republicanos retenían escaños claves en North Carolina, Indiana y Florida.
Los demócratas conservaron su escaño en Nevada, donde el triunfo de Catherine Cortez Masto la convirtió en la primera senadora federal de origen hispano. El partido también les arrebató a los republicanos un puesto en Illinois, pero el desenlace en Wisconsin fue una sorpresa, ya que ambos partidos esperaban que fuera para los demócratas.
La victoria del senador republicano Ron Johnson de Wisconsin sobre el exsenador demócrata Russ Feingold auguraba una noche lúgubre para este partido, que podría verse consignado al estatus de minoría en el Capitolio durante años. Las contiendas en Pennsylvania, New Hampshire y Missouri seguían demasiado cerradas como para declarar un ganador mientras los republicanos defendían una pequeña mayoría de 54-46 en un año electoral impredecible.
Los demócratas tendrían que ganar todos esos estados y seguir controlando Nevada para alcanzar un desenlace 50-50, y luego sólo podrían declararse mayoría si la demócrata Hillary Clinton gana la Casa Blanca y puede enviar a su vicepresidente a emitir votos de desempate en el Senado. El desenlace en Nevada fue una victoria para Harry Reid, el líder de la minoría en la cámara alta y cuyo retiro tras cinco períodos creó una vacante.
Reid maniobró para llenar el escaño con la sucesora que él eligió, Cortez Masto, exsecretaria de Justicia de Nevada que con frecuencia habló de las raíces inmigrantes de su familia en un estado con un amplio electorado latino Cortez Masto superó al representante republicano Joe Heck, que pasó apuros al compartir la boleta con Donald Trump, a quien primero respaldó y luego le quitó su apoyo, para disgusto de algunos electores republicanos. A medida que la noche avanzaba, los operadores demócratas pasaban apuros para explicar por qué sus evaluaciones optimistas de retomar el control de la cámara alta estaban tan equivocadas.
Algunos culpaban al anuncio del director del FBI James Comey de que estaba revisando un nuevo lote de correos electrónicos vinculados con Clinton, el cual causó sensación, de inyectar un nuevo aire a las campañas republicanas. Los republicanos en el Senado también temían que tendrían una mala noche el martes, y algunos se sorprendieron a medida que acumulaban triunfo tras triunfo. En North Carolina, los demócratas albergaban muchas esperanzas de derrocar al senador republicano Richard Burr, que indignó incluso a su propio partido con su informal estilo de campaña. Pero al final tuvo pocos problemas para imponerse a la demócrata Deborah Ross, exlegisladora estatal y directora de la Unión Americana por las Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) de North Carolina.
En Indiana, el representante republicano Todd Young derrotó al exsenador y gobernador demócrata Evan Bayh, que lanzó una campaña de regreso muy publicitada pero que perdió fuelle ante el escrutinio público. Y en Florida, el senador republicano Marco Rubio venció al representante demócrata Patrick Murphy, lo que le dio a Rubio una plataforma desde la que podría plantear otra candidatura a la presidencia en 2020.
El desenlace no fue inesperado, ya que Murphy fue abandonado por su propio partido en las últimas semanas de la campaña, pero las encuestas se mostraban ajustadas al acercarse el día de las elecciones. Mientras tanto, en Arizona, el senador John McCain, de 80 años, logró su sexto período en la que podría ser su última campaña. El candidato republicano a la presidencia de 2008 fue reelegido sin muchas dificultades pese a las primeras predicciones de que la pugna estaría más disputada.
El único escaño nuevo para los demócratas hasta ahora fue en Illinois, donde el senador Mark Kirk era considerado desde hace tiempo como el republicano con más riesgo de perder el puesto, y así fue. La demócrata Tammy Duckworth, veterana de la guerra en Irak y con dos amputaciones, expulsó a Kirk. En Nueva York, el senador Chuck Schumer, a la espera de ser el líder de los demócratas en un nuevo Congreso, ganó fácilmente la reelección. Pero los resultados dejan entrever que encabezaría una minoría en el Senado cuando reemplace al senador Harry Reid de Nevada, que se retira, en el papel de líder.
El Partido Republicano volvió a hacerse de la mayoría hace apenas dos años. Y aun cuando el control del Senado termine siendo con una mínima mayoría, independientemente del partido que gane, las ventajas de ser el partido mayoritario son significativas. El partido en control mantiene la presidencia de comisiones, define la agenda legislativa y opera investigaciones. El primer asunto a abordar probablemente será la vacante en la Corte Suprema.