Los depredadores y la sierra de Bahoruco

Los depredadores y la sierra de Bahoruco

La escasez de agua en el cauce del río Mulito en la frontera ha enardecido el ánimo de los ecologistas, que en su afán de que los bosques no se toquen, creen y pregonan que estamos al borde de una tragedia ambiental con el lecho seco del pequeño rio fronterizo.
Ahora todo el mundo se dirige a Pedernales para ver el rio Mulito con su cauce de piedras y por igual el rio Pedernales padeciendo de la misma situación de la sequía estacional de la época. Hasta importantes funcionarios han ido en peregrinación para constatar lo que se ha dicho soslayando el origen haitiano de esa destrucción de los bosques de la sierra de Bahoruco.
La parte oriental de la sierra termina abruptamente a orillas del mar Caribe en donde la naturaleza regala los paisajes más bellos de la costa sureña. Son lugares paradisíacos para el descanso y el disfrute de las aguas cristalinas de los cortos ríos que se precipitan por las laderas rocosas hacia el cercano mar. Además le brinda al ingenio humano los vientos más adecuados para asegurar el éxito de los parques eólicos de producción de energía. Los molinos con sus enormes aspas se elevan al cielo ofreciendo el paisaje de una energía renovable no contaminante. La nueva atracción de los molinos se añade al marco de ese mar y las montañas serranas que por siglos permanecieron sin la intervención progresista de los humanos. El agua de los cortos ríos que llegan hasta el mar ofrece escasas posibilidades hidroeléctricas. Tan solo el arroyo el San Rafael a escasos metros de su desembocadura en su recorrido a través de las rocas al pie del mar ha hecho soñar a muchos profesionales de instalar una pequeña turbina de 500 kilos y de baja inversión.
Otro es el panorama de la sierra de Bahoruco en su parte occidental y que se interna en Haití con otras características geológicas. Allí el clima seco con una vegetación y fauna típica de la zona solo ha permitido que la minería y los haitianos aprovechen la zona con acciones de penetrar en su interior para sacar la riqueza de los minerales como la bauxita y la caliza y en su superficie los haitianos han mantenido al borde de la desertificación haciendo lo mismo que ellos han llevado a cabo en su territorio. Aquí tienen la materia prima para producir su carbón y aprovechar el guaconejo. Pero muchos dominicanos aliados a esa depredación contribuyen con su afán de lucro a alentar esa acción bajo la mirada irresponsable de las autoridades civiles y militares dominicanas.
Grandes pinares existían en la parte norte de la Sierra con su magnífica vista de los lagos Enriquillo y del Fondo. La sierra en esa parte acoge en su seno el curso del río Las Damas que naciendo en Puerto Escondido permitió aprovecharlo para instalar una hidroeléctrica con su casa de máquinas cerca de Duvergé y con una generación de 8 mil kilos aprovechando una caída de 328 metros. Iniciada su construcción en noviembre de 1961 fue inaugurada en 1967.Todavía está ofreciendo un servicio eficiente. El lado norte de la sierra encierra la riqueza del yeso y de la sal en que su explotación ha sido traumática para Barahona por lo rudimentario de su manejo para el embarque del yeso en el puerto ya que la polvareda que levantaba cubría de una nube blanca a la ciudad.
Hasta 1998 existía una vía de montaña desde Duvergé pasando por Puerto Escondido hasta Pedernales. Era una vía muy atractiva por los paisajes de pinares, flora diversa y la cantidad de aves que revoleteaban en torno a esa vegetación. Después de descender desde lo alto se llegaba hasta el río Mulito que invitaba a un baño refrescante antes de llegar a Pedernales. Pero la desidia congénita de las autoridades desde 1961 poco caso le hizo a la destrucción de la carretera de montaña. Después que la Alcoa suspendió sus operaciones las autoridades aprovecharon sus excelentes carreteras mineras para sacar la bauxita hasta Cabo Rojo para entonces abrir el Hoyo de Pelempito a los visitantes. La otra atracción es la belleza de Bahía de las Águilas.
Parece ser que las autoridades y ecologistas no quieren ofender a los depredadores de la sierra. Ellos no atacan con su nombres a los haitianos que merodean constantemente en la zona haciendo los que les venga en ganas y azuzados por dominicanos propietarios de terrenos que los aprovechan para limpiarlos, hacer tumbas para carbón y supuestamente para dedicarlos a la siembra de aguacates y mangos, a sabiendas que no son terrenos que garanticen un uso permanente para ese tipo de árboles.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas