Los derechos de los policías

Los derechos de los policías

Con una manifestación, familiares de policías y ex policías han reclamado respeto de sus derechos laborales y a denunciar atropellos de superiores inmediatos de sus parientes. Y la sociedad, de la que ellos también forman parte, debe respaldarlos en sus demandas. Hace tiempo que ha debido producirse en la Policía Nacional una reforma estructural profunda, que la actualice y saque del contexto militarista que ha tenido desde su origen. Y una reforma inteligente debe empezar por los derechos laborales de sus integrantes.
Más que a trabajar, los policías que salen a las calles lo que van es a pasar trabajo, la mayoría de las veces sin horario definido. Bajo esas condiciones tan precarias es difícil exigirles que sean eficientes. Algo muy peligroso para ellos y el resto de la sociedad es pasar por alto, sin que medie una seria investigación, las muertes de presuntos delincuentes en desmeritados intercambios de disparos. Debe haber un muro de contención para ese ejercicio desbordado de la autoridad.
El país necesita buenos policías y para tenerlos hay que capacitarlos, pagarles salario digno y hacerles sentir que, igual que los demás trabajadores, tienen derecho a ser respetados en el ámbito laboral. Lo menos aconsejable sería aplicar represalias por los reclamos y denuncias. Basta ya de resistencia a los cambios en la Policía.

Contaminación en gran escala

Prohibir el desguace de embarcaciones en los ríos Ozama e Isabela es una buena medida, pero insuficiente. La foto de portada de la edición de ayer del vespertino El Nacional explica el por qué. La enorme cantidad de algas y desperdicios en la ría expone con suficiencia el gran volumen de contaminantes no necesariamente metálicos que van a parar a ese acuífero. Y ni hablar de las sustancias tóxicas no sólidas. Esta suciedad, que ahuyenta a los cruceros, debería avergonzar a un país que aspira a recibir 10 millones de turistas.
Aquí hay que adoptar soluciones de la envergadura necesaria para sanear estos ríos. Prohibir el vertido de desperdicios y vigilar para impedirlo. Hay que garantizar la recogida en los barrios ribereños, hacer las plantas de tratamiento necesarias y educar sobre preservación del medio ambiente.

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