Los Derechos en Cuba

<p>Los Derechos en Cuba</p>

MANUEL A. FERMÍN
Quienes crean, como Jacques Prévert, que nunca es tarde para hacer nada, no hallarán mejor ejemplo en la macábrica sucesión de la dinastía revolucionaria cubana, en donde todo sigue garantizado para el despotismo, el freno a la libertad y la opresión de los derechos del pueblo cubano. El sucesor no moverá una hoja ni una letra para proponer o hacer alguna reforma aún inhabilitado el jefe, pues es el continuador calificado.

Por lo menos el desfile militar del 2 del corriente significa que la dictadura descansará en ese andamiaje para prolongarse. Y el pueblo de Cuba, solo después que se encuentre al borde de una catástrofe, con su economía exánime, reconquistará su libertad. Algunas agencias internacionales se preocupan por Cuba, pero solo como para justificar su razón de ser.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) cita a Cuba entre los países con violaciones flagrantes al debido proceso legal y la falta de independencia del Poder Judicial, así como de las condiciones de las personas privadas de su libertad en razón de su disidencia al gobierno; también como de violaciones a la libertad de expresión…Pero siguen las demás privaciones: a la de asociación, libre oferta laboral, ejercicio liberal de las profesiones, libertad de comercio, de tránsito y domicilio, por citar algunos de los derechos negados.

No hay una sola edición de un periódico de Europa y/o de Latinoamérica que no recoja noticias de abusos en la Cuba castrista.

En febrero de 2006 el Gobierno austríaco, presidencia de la Unión Europea (UE) hizo aprobar por la Eurocámara una resolución en la que constata que la actual política de represión a la disidencia cubana defrauda los objetivos que llevaron a levantar las sanciones diplomáticas al gobierno de Fidel Castro. Human Rights Watch acusa a La Habana de ser una “anomalía” (diríamos en este país, una vaina) en Latinoamérica en lo que se refiere a los derechos humanos. “Un gobierno no democrático que reprime casi todas las formas de disidencia política”.

El gobierno cubano continúa asegurándose de la conformidad política mediante enjuiciamientos penales, detenciones a largo y corto plazos, acoso de masas, advertencias judiciales, vigilancia, arrestos domiciliares, restricciones a trabajadores por los despidos laborales por motivos políticos.

Los actos de hostigamiento y repudio son de continuidad en el castrato. La policía política del régimen el año pasado hizo un despliegue de fuerza frente a la casa de Vladimiro Roca Antúnez, en el barrio Nuevo Vedado; asimismo han hostigado a Martha Beatriz Roque; a las damas de blanco (familiares de presos políticos); nueve sindicalistas independientes son presos políticos de aquella ola de 75 opositores llevados a la cárcel y sentenciadas en juicios sumarios a penas hasta de 20 años. Para la fecha existen en Cuba 24 periodistas presos, sin embargo a los hipócritas “periodistas” de la región no le preocupa esta iniquidad. Por el contrario, alaban al saurio gobierno cubano.

Las cárceles cubanas tenían 306 presos políticos (único país latinoamericano que goza de ese nefando privilegio) en el primer semestre del 2005 y a finales de diciembre tenía 333 (hoy son más), lo que demuestra el empeoramiento de la situación de los derechos civiles. La solidaridad histórica dominicana, no es ignorante de esta verdad, y saben que el mito del castrismo tiene más vigencia que la realidad deleznable, pero deben contribuir a derrotar a los idólatras de esa desgracia.

Los providenciales designios que han unido a nuestras dos naciones para cuantas empresas ha sido necesaria, parecen negados hoy en estas horas de citas.

Plumas e influencias han preferido callar; casi todos se rebelan contra pocos dominicanos, que aunque de significación no constituyen todavía fuerza de rechazo de importancia para llamar la atención por el irrespeto a los derechos del pueblo cubano violentamente arrastrados por la vorágine de una revolución de carácter personalista.

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