Entre los grandes retos que tiene el presidente Danilo Medina, si en verdad quiere contribuir con la institucionalidad del país, están cumplir con la ley en cuanto a la asignación de fondos para instituciones como la UASD, el Poder Judicial, los ayuntamientos y el Ministerio Público.
No se entiende que los gobiernos incumplan, sin ninguna consecuencia, las leyes del país, y recursos que debieran ser aplicados de acuerdo a las mismas, se dispersen en subsidios impúdicos y en el sostenimiento de instituciones inoperantes y parasitarias.
Son varias las entidades cuyos supuestos objetivos son, por ejemplo, regular y dirigir sectores como el transporte y el tránsito terrestre y pese a sus numerosos funcionarios y empleados, no resuelven nada en un país de un tránsito vehicular caótico.
Si revisamos el listado de las instituciones públicas, encontramos oficinas cuya existencia es desconocida y sus funciones solo existen en el papel, teniendo, sin embargo, altos ejecutivos con salarios de lujo y varios familiares cobrando botellas.
Mientras tanto los miembros de los cuerpos militares y policiales, pese a la Ley de Reforma Policial, siguen recibiendo pagas de miseria al igual que muchos empleados de la administración pública, no obstante el dispendio y los altos salarios de los ministros y funcionarios.
Existe demasiada inequidad en la distribución de los bienes del Estado, cuyo gobierno se ufana constantemente de un crecimiento económico que no llega a los pobres ni a las instituciones que por ley debieran recibir un mayor porcentaje del PIB.
Cumplir con la ley y eliminar subsidios y entidades fantasmas es uno de los grandes retos de Danilo Medina para su próxima gestión de Gobierno.