Los desastres y emergencias no han terminado en Jimaní

Los desastres y emergencias no han terminado en Jimaní

Los desastres y emergencias no se han acabado en el país con la tragedia ocurrida en Jimaní, advirtió ayer el vicealmirante Radhamés Lora Salcedo, presidente de la Comisión Nacional de Emergencias.

Expresó que se deberán hacer más esfuerzos y desarrollar la sensibilización a todos los niveles, especialmente de los que están expuestos a los riesgos.

Dijo que se ha tenido que llevar alimentos por vía aérea en los últimos diez días a los habitantes de poblados como Los Peynado y Los Contreras, en la provincia Duarte, pero que ya el descenso del agua está permitiendo el acceso de vehículos.

Señaló que los suelos están saturados de agua y, haciendo una comparación, dijo que el país se encuentra como cuando un motorista se cae, «se guaya la espalda, los codos y no se ha dado en la cabeza porque se puso el casco».

Planteó que la vulnerabilidad es la suma del riesgo más la amenaza y que si no viene una perturbación meteorológica, el país no tendrá problemas en los meses venideros.

Dijo que las viviendas afectadas en Jimaní fueron 721, totalmente destruidas 219, con daños parciales 71 y llenadas por el lodo 35.

Explicó que los damnificados totalizan 1,300 personas y que el total de familias afectadas asciende a 1,000, y la cantidad de familias sin hogar es de 300.

Expresó que en Jimaní se mantienen los equipos del Instituto de la Vivienda (INVI) en la construcción y reconstrucción de casas.

Indicó que la Secretaría de Obras Públicas y el ayuntamiento municipal retiran los escombros, despejan las vías y evalúan la

Infraestructura, además que lavan las calles.

Añadió que el Instituto de Aguas Potables y Alcantarillados (INAPA) labora en la toma de agua del acueducto, el Instituto de Recursos Hidráulicos (INDRHI) rehabilita un tramo del canal de riego y la Secretaría de Salud Pública mantiene la fumigación del pueblo.

De su lado, el presidente de la dirección de Desarrollo Fronterizo, Ignacio Caraballo, dijo que, según el AVIII Censo de Población y Vivienda@, en Jimaní había 2,637 viviendas en el 2002, de las cuales 2,517 estaban ocupadas y el resto desocupadas.

Expresó que el 76.3%, la mayoría de los habitantes de Jimaní, son pobres, mientras que para toda la provincia Independencia aumenta a 81.9%.

[b]AMBIENTE[/b]

Según un informe de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, el 70% del pueblo de Jimaní fue impactado, observándose grandes cantidades de sedimentos esparcidos por las calles.

El documento se refiere a la posibilidad de que los cadáveres de haitianos y dominicanos se encuentren sepultados por los sedimentos arrastrados por las corrientes, «los cuales, en la medida que avanza el tiempo, se descomponen contaminando las aguas superficiales y subterráneas».

Expresa que la destrucción o deterioro de un gran número de viviendas, áreas de servicios, cementerios, obras viales y hospitales, entre otros, traen como consecuencia la concentración en refugios de un gran número de personas sin los servicios sanitarios idóneos, creando los riesgos propios de la insalubridad.

El informe de la dirección de Protección Ambiental de esa cartera indica que el transporte de grandes volúmenes de sedimentos al lago Enriquillo produjo la elevación del nivel de las aguas, aumentando la turbidez e introduciendo un alto contenido de nutrientes, como el nitrógeno y el fósforo.

Plantea que la crecida del río Blanco o Soleitte afectó la fauna y flora del lago Enriquillo, depositando en las aguas animales muertos y todo tipo de escombro y vegetación.

Explica que la alteración del desenvolvimiento de las actividades normales de los munícipes de Jimaní, en cuanto a los servicios de energía eléctrica, agua potable, comunicación, esparcimiento y educación, entre otros, provoca un fuerte impacto psicológico.

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