Judas, según intérpretes, más que traidor, se desilusionó del plan del Maestro.
Muchos como él esperaban que Jesús los libertara del poder de Roma, que retomara el proyecto de David. Según esas interpretaciones, el suyo pudo ser un dilema político:
Posiblemente no estaba totalmente interesado, o no estaba convencido del proyecto del Maestro.
Los humanos solemos tener (no siempre conscientemente) importantes dilemas. Elegir cuáles son válidos e importantes, puede tomarnos toda una vida.
Muchas personas parecen naufragar en un pantano de dilemas; otros creen liberarse tirándolos todos por la borda, y dedicarse a vivir sin preocupaciones, y diluirse en lo mundanal y cotidiano.
La lucha espiritual y la filosófica son diferentes; en tanto la espiritual se sitúa entre las revelaciones y las vivencias; la otra, la filosófica, es un asunto de puro raciocinio, si es que eso existe, aunque sea durante momentos de gran lucidez y equilibrio emocional y espiritual.
Probablemente Marx y Freud, como muchos intelectuales y artistas judíos, vivieron conflictos y dilemas espirituales, filosóficos y existenciales que eran comunes a los hebreos. Algunos, para tener algún éxito en sus carreras profesionales tuvieron, como Mahler, que hacerse cristianos, y sufrir por ello, el asedio de sus propias gentes. Weber reportó que a los jóvenes judíos les daban solo papeles secundarios en las academias.
El declararse ateos, en cambio, era el mecanismo de escapar a la discriminación tanto de cristianos como de judíos, y ser bienvenidos en grupos élites, intelectuales y artísticos de la época.
No es sencillo poner bajo sospecha de oportunismo a gentes tan inteligentes y tan dedicadas a sus oficios; sinceramente interesadas en procurar igualdad, justicia y liberación psico-espiritual para toda la especie humana.
Los grandes patriotas también han tenido importantes dilemas, momentos de dudas y decisiones. La historia recuerda la transparencia con que el patricio Sánchez manejo el dilema de regresar por Haití a luchar contra la dominación española, obteniendo consentimiento de nuestros anteriores invasores.
Una cosa es el político oportunista y desvergonzado, y otra, muy parecida, el que tácticamente tranza o negocia con fuerzas fácticas, oligárquicas, populistas, o intereses extranjeros, su ascenso, estabilidad o la supervivencia de su proyecto. O acumulando riqueza y poder.
Las dudas, posiblemente, las despejarán los tribunales o la posteridad.
Similarmente, el marketing suele vendernos como obras intelectuales y científicas serias y desinteresadas, las que podrían ser el resultado de visiones y ensayos de dudosa base moral, y de complicidades y debilidades humanas.
Casos como el del brillante filosofo-cientista judío Yuval Noé Harari, cabrían ser cuestionados respecto a cuánto tiene que ver su rampante ateísmo con su complejo hibridismo sexual y anticristianismo. Pesa mucho sentirse rechazado por un mundo occidental predominantemente cristiano, que no siempre trata complacientemente a los que adversan con desplante sus valores y creencias más arraigadas.
El pecado, como la ignorancia, inhibe la percepción de los fenómenos del Espíritu. El ateísmo no siempre es producto de una duda netamente cartesiana, de una reflexión seria libre de atavismos: Sino producto de una entrenada incapacidad para vivenciar los fenómenos espirituales.
El declararse ateos era mecanismo para escapar a la discriminación
Los humanos solemos tener importantes dilemas
Judas, según intérpretes, se desilusiónó del plan del Maestro