Los diputados reciben proyectos de reforma fiscal

Los diputados reciben proyectos de reforma fiscal

POR MANUEL JIMÉNEZ
El presidente Leonel Fernández presentó ayer el proyecto de reforma fiscal ante empresarios y otros representantes de la sociedad civil, y  posteriormente lo remitió a la Cámara de Diputados señalando que aunque teme que los legisladores partan de «un absurdo» al iniciar su conocimiento, confía en que será aprobado y el gobierno podrá estructurar su presupuesto del 2006 en base a las recaudaciones previstas en el mismo.

Dijo que confía en que el Congreso aprobará la reforma fiscal, necesaria para la entrada en vigencia del tratado de libre comercio con Estados Unidos y Centroamérica, y expresó su convicción de que sin impuestos no hay progreso ni desarrollo.

El proyecto de reforma fiscal, que prevé  ingresos estimados en RD$29,001 millones, fue remitido a la Cámara de Diputados acompañado de una carta dirigida al presidente de ese organismo, Alfredo Pacheco, en la que Fernández destaca que esa propuesta es el resultado de los compromisos que asumió el país en la tramitación de un acuerdo stand by con el Fondo Monetario Internacional.

Fernández habló en el Salón de las Cariátides, del Palacio Nacional, al final del acto de presentación del proyecto de reforma ante un buen número de empresarios y otros representantes de los sectores productivos nacionales, así como de la sociedad civil.

Previamente habían hablado el secretario técnico de la Presidencia, Temístocles Montás, quien explicó en síntesis la reforma y el coordinador del Dialogo Nacional y rector de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, monseñor Agripino Núñez Collado.

El Presidente dijo que para la Republica Dominicana es una odisea y una gran audacia embarcarse en un proceso de reformas en un contexto de crisis nacional e internacional. «Pero esa audacia no podría consolidarse plenamente si no es sobre la base de una gran virtud que tiene la sociedad dominicana, y es el hecho de que todavía nosotros nos entendemos», sostuvo el jefe de Estado.

«Aquí en Republica Dominicana, dígase lo que se diga, a la hora de la verdad todos los sectores, el privado, el político y sociedad civil, nos sentamos y nos entendemos», dijo.

Reconoció, sin embargo, que a veces esto no se capta rápidamente porque «una de nuestras virtudes no es partir de la razón; nosotros llegamos a la razón, pero no es nuestro punto de partida, partimos del absurdo, pero llegamos a la razón», agrego.

Dijo que en lo adelante este proyecto de reforma tributaria estará pendiente de la decisión del Congreso Nacional y aunque adelantó que «presumo que también se partirá del absurdo al principio, estoy convencido de que se llegara a la razón».

Fernández, quien habló durante media hora, rechazó que con la reforma fiscal se cargue con mas impuestos a los sectores de menores ingresos y destacó que en la actualidad la presión fiscal oscila entre 14 y 15 por ciento del Producto Interno Bruto.

Destacó que un porcentaje similar se destina en América Latina solo para el gasto social.

Es decir, lo que se invierte en educación, salud y seguridad social en América Latina es 14 por ciento del PIB, mientras que en República Dominicana el gasto total con relación al Producto Interno Bruto es de 14 por ciento», dijo Fernández.

A su juicio, es bueno que este dato se entienda en la República Dominicana porque para cualquier país desarrollado el costo de la civilización tiene un nombre y se llama impuesto. «Solamente sobre la base de los impuestos los países se han desarrollado». Fernández advirtió que apostar a una baja presión fiscal no significa tener desarrollo. «Mientras mas baja presión exista, menos desarrollo tienen los países», dijo.

Puso de ejemplo que República Dominicana se ha comprometido con las Metas del Milenio de Las Naciones Unidas, que no es otra cosa que reducir a la mitad sus actuales niveles de pobreza. Pero dijo que para que el país pueda cumplir con esta meta de aquí al año 2015 necesitaría alrededor de US29,000 millones.

Esta meta, expresó,   no podría lograrse en base al endeudamiento externo porque no es un buen consejo, sino a través de una combinación de políticas en la que se promueva una modalidad de inversión extranjera con participación del capital nacional, porque de lo contrario lo que se estaría haciendo es una subasta pública de los activos del país.

Fernández dijo también que se deben promover políticas que ayuden a la organización de la diáspora dominicana, pues si ésta sin ningún tipo de esfuerzo oficial es capaz de enviar US$3,000 millones en remesas, imagínense si podemos adoptar políticas hacia una mayor vinculación con esos dominicanos en el exterior.

Adelantó que su administración ha iniciado ese proceso de acercamiento hacia los dominicanos en el exterior creando los consejos consultivos, uno de los cuales juramentará este fin de semana durante una escala en la ciudad de Miami.

Fernández advirtió que el país necesita de recursos para encarar el tema social postergado durante tantos años, pues ello podría llevarnos a una situación de inestabilidad política e ingobernabilidad. Señalo también que el país debe encarar la solución a la crisis energética y para ello se están explorando varias alternativas que garanticen estabilidad. Definió como «un alivio» la reciente incorporación de la República Dominicana al acuerdo de Petrocaribe, a través del cual el 40 por ciento de la factura petrolera con Venezuela sería financiada a 25 años, con dos años de gracias y un interés del 1%.

Dijo que lo deseable fuera que pudiera lograr que el 60 por ciento restante de esa factura pueda pagarse con productos y servicios.

LAS REFORMAS

Para Fernández, este proceso culmina con la presentación al Congreso de la reforma fiscal  y otras dos iniciativas que buscan otorgar autonomía presupuestaria y personería jurídica a las direcciones de Aduanas e Impuestos Internos.

En lo que concierne a la reforma fiscal, dijo que ésta cambia de una forma radical la organización de la economía dominicana, pues en lo adelante los ingresos fiscales no descansarán en el comercio exterior ni en algunas distorsiones creadas por factores coyunturales, como la comisión cambiaria, sino en base a impuestos internos.

En este orden, advirtió que si República Dominicana no adopta la decisión de modificar su sistema tributario, quedara aislada en su capacidad de vinculación con el mercado internacional, lo que sería «fatal y catastrófico para el futuro de este país».

Aclaro que este proceso no ha sido una iniciativa de la República Dominicana, sino que «se nos ha impuesto por condiciones externas».

Aunque Fernández sostiene  que lo mejor que puede ocurrirle al país es tener un acceso permanente a un mercado tan poderoso como los Estados Unidos, dijo que el país tiene que establecer una estrategia para diversificar sus mercados internacionales. El proyecto de reforma fiscal prevé ingresos por RD$29,001 millones, pero aún queda un faltante de RD$2,976. La reforma está proyectada para compensar el desmonte de aranceles y la eliminación de la comisión cambiaria del 13 por ciento.

Establece un impuesto ad-valoren de un 15% al registro o inscripción de todos los vehículos de motor de reciente ingreso al territorio nacional y a la expedición  de la primera placa y certificado de propiedad.

Además, incluye una amplia gama de productos a la base imponible del 16% del ITBIS, pero exceptúa carnes, pescado, avena, arroz, leche, huevo, salami, salchichón, espaguetis, fideos, macarrones, pan, harina de trigo y agua natural, así como las legumbres, hortalizas, tubérculos y frutos sin procesar, medicinas, servicios de salud y educación, libros, periódicos, revistas y algunos materiales educativos seleccionados.

Contempla además un aumento de un 20% al impuesto selectivo al Consumo de las bebidas alcohólicas y cigarrillos, y de un 25 a un 28 por ciento el impuesto sobre los ingresos de las personas físicas que ganen a partir de los RD$900,000.01, entre otros aspectos.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas