Los discípulos de Bosch y las huelgas

Los discípulos de Bosch y las huelgas

El esfuerzo del presidente Danilo Medina para mejorar sustancialmente la educación primaria y secundaria en el país, a través de la inversión de un 4% del PIB en la tanda extendida, desayunos y nuevas aulas, está siendo boicoteado por parte del liderazgo de su propio partido.
Funcionarios de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) y que son congresistas de la tendencia del presidente Medina dentro del PLD, sorprendentemente auspician huelgas de profesores negando así educación a niños y niñas. Todo para tomar ventajas políticas y económicas.
Son muy malos discípulos de Juan Bosch. Cuando este fue presidente y los maestros amenazaron con una huelga pronosticó que la misma “duraría lo que dura una cucaracha en un gallinero”. Como en 1963 el 75% de nuestra población era rural, todos conocían sobre la velocidad con que gallinas hambrientas disponen de la comida.
Cuando los obreros del Central Romana iniciaron una huelga Bosch la declaró ilegal y aceptó conversar con los líderes sindicales de la Corporación Dominicana de Electricidad (CDE) tan solo si estos se reintegraban inmediatamente a sus labores. En un editorial el Listín Diario se refirió a la forma en que Bosch había roto huelgas de empleados públicos.
Los peledeístas actuales también son malos discípulos de Bosch porque no han adoptado la política de austeridad de este cuando fue presidente. De las primeras cosas que hizo fue rebajar los sueldos de los altos funcionarios y disminuir la empleomanía sobrante, sobre todo en el servicio exterior. Un diplomático extranjero de aquella época reportó a su cancillería: “Bosch ha administrado las finanzas del gobierno como lo hace un viejo a cargo de la caja registradora de un almacén de pueblo”. Y un reporte del Fondo Monetario Internacional (FMI) se refirió a: “las prudentes políticas monetarias y fiscales que sigue el gobierno del presidente Bosch que aseguran un superávit de balanza de pagos”. Por el contrario, el PLD lleva doce años corridos de gobierno con presupuesto deficitario financiado con aumentos en la deuda externa e interna. Además, para ganar elecciones y adeptos para su partido aumentan innecesariamente la nómina pública lo que escandaliza a la población, desestimula una reforma tributaria y, a través de las “botellas”, crea dentro de la población un ambiente de cinismo. Todo esto hace que los peledeístas tengan un gran problema de conciencia pues como saben que no siguen los lineamientos que Bosch enumeró durante su gestión de gobierno y, por el contrario, llevan a cabo políticas que hubieran enfurecido a su líder si este hubiera estado vivo y consciente, para tratar de exculpar sus errores y desaciertos, han optado por una táctica de ponerle el nombre de Bosch a toda una serie de obras públicas.
Pero Bosch precisamente se caracterizó por una total ausencia de ostentación y una gran modestia. Era enemigo del culto a la personalidad, por lo que en vida nunca hubiese aceptado ese tipo de honores. Cuando se juramentó como presidente rehusó colocarse la banda presidencial y cuando en Ciudad de México fue condecorado no se colocó la medalla. Vivió en modestos apartamentos hasta que muy tarde en su vida a través de una recolecta un grupo de amigos le construyó una casa. Los peledeístas deberían fijarse en lo que dejó estipulado Fidel Castro, un gran amigo de Bosch, en el sentido de que nada debe llevar su nombre.
Trujillo, a gran diferencia de Bosch fue un megalómano, gran amante de la ostentación. Por eso ordenaba que puentes, carreteras, edificios, etc. llevaran su nombre. Llegado el 30 de mayo y desaparecida la tiranía, el pueblo destruyó todos los símbolos de la dictadura. Juan Bosch, por el contrario, no se merece que una vez el PLD salga del gobierno las obras que hoy llevan su nombre sean cambiadas como reacción a excesos. Pero si continúa con la política actual nada impide que eso pueda ocurrir en el futuro.
Si los peledeístas quieren ser buenos boschistas tienen que seguir las prácticas que en su gobierno llevó a cabo Juan Bosch: mano fuerte contra las huelgas, austeridad y total falta de ostentación.
Es obvio que “El Profesor” tuvo alumnos que no entendieron sus clases.

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