Los dos grandes retos del PLD

Los dos grandes retos del PLD

Nunca un gobierno había concitado tantas esperanzas y expectativas, nunca un gobierno había asumido con una carga de responsabilidades tan extensas y dramáticas, nunca un gobierno había iniciado su gestión en medio de la peor crisis económica en la historia de la República, con el agravante de tener el reloj en contra para la asunción de una serie de medidas que permitan abrir las puertas de las soluciones.

El listado de problemas es extenso, pero el reto básico se resume en dos puntos: Recuperar el equilibrio macroeconómico y conjurar una crisis energética cuya duración va para más de tres décadas. De la superación de esos dos problemas fundamentales dependerá el resto de la estrategia en materia de educación, salud, infraestructura, lucha contra la pobreza, protección del medio ambiente y competitividad.

La restauración del equilibrio macroeconómico para necesariamente por la aprobación de una reforma fiscal que garantice como mínimo una presión tributaria entre 16-18%, reanudar el acuerdo con el FMI, completar la renegociación de la deuda externa y por supuesto el desmonte de los certificados del Banco Central.

El rescate de todos los depositantes de Baninter, en franca violación de la Ley Monetaria y del sentido común, así como la asunción de pasivos de Bancredito y el Mercantil, han elevado el financiamiento interno desde RD$9,204 millones en marzo del 2003 a RD$110,369 millones al 18 de junio de este año, hemorragia monetaria sin precedentes que ha sido parcialmente neutralizada con la emisión de 85 mil millones en certificados de participación que se ha convertido en un mecanismo autónomo de emisiones inorgánicas en la medida que el Banco Central carece de los ingresos legítimos para asumir el servicio de los altos intereses de estos instrumentos financieros.

La reforma fiscal, la reanudación del acuerdo con el FMI y el resto de medidas que anunciará en su momento el Dr. Leonel Fernández necesariamente van a impactar en una mejoría de las expectativas, una reducción sustancial en la fuga de capitales, descenso de la tasa de cambio y de la inflación, todo lo cual permitirá a las nuevas autoridades monetarias impulsar un descenso gradual de los intereses de los certificados y una reducción del déficit cuasi-fiscal. Si a lo anterior se agregan las ventas de activos, el mantenimiento por un período transitorio de un recargo cambiario entre 2-5% dedicados exclusivamente al BC y los aportes fiscales del gobierno central (logrados por ej. Con el alivio de la deuda) permitiría un desmonte sostenido del stock de certificados.

Hace unos meses los certificados del BC parecían el problema mayúsculo a enfrentar por las próximas autoridades, sin embargo la estabilidad cambiaria, una tasa que se ha mantenido anclada por debajo del 50×1, a pesar de la suspensión del acuerdo con el FMI, es el mejor indicador del papel que jugará a partir del 16 de agosto el cambio positivo de las expectativas de los agentes económicos.

Lo que no podrá afrontar la mejoría de las expectativas, ni la reforma fiscal, la vuelta al camino del FMI, ni tampoco los desembolsos del préstamo sectorial eléctrico del Banco Mundial es la solución definitiva de la crisis endémica del sector. Crisis cuyas raíces han descansado en la falta de sostenibilidad financiera que ayer fue causa eficiente de los apagones por falta de capacidad instalada y hoy esa capacidad no puede mantenerse encendida porque las empresas están quebradas. El Banco Mundial podrá aportar los recursos para construir líneas de transmisión o para limpiar las deudas, sin embargo a los pocos meses retornara la crisis y los apagones ya que es insostenible financieramente una industria donde históricamente más del 50% de los usuarios no paga el servicio, de la otra mitad una buena parte subvalúa la factura mediante el fraude, mientras el resto, los verdaderos clientes, cargan sobre sus bolsillos la tarifa más alta del mundo y además deben mantener un sistema de emergencia paralelo en prevención de los apagones.

Todos los caminos, lo dicen la carta de intención al FMI del 23 de enero, conducen a una reprivatización de las distribuidoras, pero para llegar a ese estadio será necesario una revisión de los subsidios, mayor eficiencia del sistema, recuperaciones de efectivo y la regularización de todos los atrasos. Esta recuperación demandará de mucha disciplina en la conducción de la CDEE, cumplimiento estricto de las recomendaciones del Banco Mundial y una inteligente renegociación de todos los contratos con los generadores.

A diferencia de los certificados del Banco Central, cuya solución es perfectamente viable a mediano plazo, con mejorías sensibles a corto plazo, el sistema eléctrico no tendrá soluciones sencillas pues demandará de una reforma estructural y de un cambio sustancial en la mentalidad de los usuarios acostumbrados por más de tres décadas a recibir un servicio gratuito o a pagar una factura por debajo de los costos reales de generación.

Retorno a la estabilidad macroeconómica y solución definitiva de la crisis del sector eléctrico constituyen los dos retos principales de la próxima administración del Dr. Leonel Fernández, pero también representan un reto y un compromiso de sacrificio para todos los dominicanos y las dominicanas, pues de afrontar con éxito las soluciones estaremos sentando las bases para el crecimiento sostenido, la competitividad y el desarrollo.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas