Los drones y la cobertura periodística, un tema complejo

Los drones y la cobertura periodística, un tema complejo

EE.UU. AP. Al preparar un informe sobre un accidente de tránsito mortífero, un policía notó algo que es cada día más común: una pequeña aeronave a control remoto, equipado con una cámara de vídeo, que revoloteaba sobre los hierros retorcidos.

La Administración Federal de la Aviación inició una investigación sobre el aparato, que era operado por un empleado de un canal de televisión de Connecticut. La agencia que supervisa la actividad aeronáutica está preparando nuevas reglas a medida que la tecnología hace que los “drones” sean más versátiles, pero por ahora los operadores de esos aparatos pueden burlar las actuales normas dándoles usos comerciales, incluso periodísticos.

El caso del accidente automovilístico de Hartford, en el que el cuerpo de la víctima quedó colgando de un vehículo destrozado, pone de manifiesto algunos de los aspectos de seguridad, privacidad y ética con los que tendrán que lidiar los periodistas a medida que se populariza el uso de aeronaves teledirigidas con fines noticiosos.

“Había un cadáver en el lugar. Lo habíamos cubierto de la mejor manera posible”, expresó el teniente Brian Foley, vocero de la policía de Hartford, quien dijo que últimamente han aparecido muchos drones en los sitios donde ha habido crímenes. “Uno no quiere que la familia vea esto”.

Los drones, que uno asocia generalmente con operaciones militares, son cada vez más usados con fines civiles. Se los emplea con frecuencia para determinar la magnitud de un desastre y en los Juegos Olímpicos de Invierno en Sochi se los está usando para la transmisión de competencias. En varios países los medios de prensa han estado usando drones, incluido Tailandia, donde organizaciones periodísticas los emplearon en la cobertura de protestas políticas.

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