Los dueños de las calles

Los dueños de las calles

Leonardo Díaz Jáquez

No sabía si elegir este título o ¿De quiénes son las calles?, para referirme a la situación que se da en nuestra ciudad Capital, en que cualquier vecino coloca varios tarros llenos de cemento y se apropia de un pedazo de su frente para evitar que otros se estacionen.

Lo mismo sucede con empresas grandes y pequeñas, talleres, restaurantes, bares, etc., a lo que se ha agregado el uso de los conos anaranjados, hasta en oficinas públicas.

Un problema mayor son los talleres, de cualquier tipo, no hay necesidad de mencionarlos por especialidad, pues abundan por todos los barrios, calles y aceras, y hasta avenidas importantes.

El problema es mayor porque de ellos depende el trabajo de una buena cantidad de personas que eliminarlos crearía un problema social serio, pero algo hay que hacer, pues no se puede seguir permitiendo que cada quien y donde quiera instale uno.

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Otros dueños de la calle son las empresas grandes que las usan como parte de su patio, ya sea para estacionar parte de su flota de camiones, depósito temporal de mercancía, vía de trasvase de un almacén a otro, etc.

Un caso que me toca ver con frecuencia es en la avenida San Martín casi esquina avenida John F. Kennedy, donde una empresa estaciona varios camiones grandes. Ya se imaginarán ustedes como afecta el tránsito en esa vía tan importante.

Las oficinas del Gobierno no son la excepción, pues con tantos organismos nuevos y empleados supernumerarios, hay oficinas por doquier, algunas de las cuales usan como estacionamiento las aceras con militares de vigilantes.

Para muestra, un botón: en la avenida John F. Kennedy esquina Horacio Blanco Fombona queda SIUBEN, y como el edificio no tiene los espacios suficientes una parte de los vehículos se estacionan sobre las aceras de la calle lateral.

Por una razón que no viene al caso mencionar, tuve que caminar completa la calle teniente coronel Fernández Domínguez desde la avenida Lope de Vega hasta la calle Pepillo Salcedo, y con unos escasos 30 metros como excepción, todo el trayecto debí caminarlo por la calle pues las aceras están ocupadas por talleres, estacionamiento de vehículos o en pésimo estado.

Siempre he creído y abogo por que el Ayuntamiento sea el único organismo que tenga incidencia en la ciudad, como rector de la misma, pues este maremagnum que tenemos tiene mucho que ver por tener al Ministerio de Obras Públicas actuando por su lado, la CAASD por el otro e INSTRAN no se queda atrás. ¿Qué deberá suceder para que el Ayuntamiento ejerza sus funciones a cabalidad?

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