Los efectos de una marginación

Los efectos de una marginación

Si el 20% del segmento poblacional niñez-adolescencia permanece sin asistir a escuelas y laboralmente desocupado y el 66% de los así marginados pertenece al sexo femenino, como indican estadísticas de organismos especializados, se necesitarían pocos índicesnegativos más para encender alarmas por las implicaciones sociales de tan grave exclusion en una nación de mayoría joven: 36%. Gente que en el comienzo de sus vidas queda sin avanzar por procesos formativos para integrarse a puestos de trabajo bajo riesgos de llegar por desesperación a la gama de modos ilegales de obtener dinero que explican el porqué es alto el porcentaje de la población carcelaria comprendido en minoría de edad. Una explicación también a los dominantes afanes de emigrar.

Estrecha relación podría hallarse también entre la inercia en que están sumergidas muchas tiernas existencias femeninas y las uniones y matrimonios prematuros con secuelas de embarazos precoces y deserciones de estudios cuando todavía no se han alcanzado niveles aceptables de aprendizaje ni de madurez para enfrentar la vida; cuando todavía el rol de madre les queda grande y el círculo vicioso de la pobreza las tiene en sus garras. El Estado y la sociedad misma tienen que reconocer como fracasos tales déficits educacionales y laborales. Se llega a comprender que la cacareada disminución de la pobreza presenta riesgosas lagunas.

El diálogo debe permanecer

Con demasiado facilidad y a través de muchos años, la educación pública ha tomado perfiles de campo de batalla con promedios de horas de clases al año que regularmente han dado ganas de llorar, lo que ni por asomo ocurre en la enseñanza privada. Ahora lo que daría paso a lágrimas es que la dirección de la Asociación Dominicana de Profesores vea en unas contradicciones técnicas y de procedimientos sobre concursos de oposición con el Ministerio motivos para romper el diálogo sobre temas comunes.

Actitud que luce radical y precipitada a poco de que ambas partes, de flamantes ascensos a sus liderazgos, mostraran la muy constructiva y excepcional decisión de sentarse cara a cara, cada vez que fuese necesario para discutir sus diferencias y compartir la responsabilidad de llevar la educación por buen camino.

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