Los elementos integrales de la reforma fiscal

Los elementos integrales de la reforma fiscal

Se nos avecina una nueva reforma fiscal. Existen ciertos principios que deben ser observados para que la próxima reforma sea duradera.

Primero, no se puede seguir penalizando al sector privado formal. Segundo, los tributos a aumentar son aquellos que contribuyan a incrementar el nivel de progresividad del sistema tributario. Tercero, se debe contemplar un monto de gasto en asistencia social y subsidio compatible con el nivel de ingresos fiscales. Cuarto, mientras más sencillo sea el código tributario más fácil será la función de fiscalización. Quinto, se debe premiar el ahorro y penalizar el consumo. Por último, se debe lograr una reducción significativa del gasto público.

Estos principios deben ser el marco teórico para el diseño de la reforma. Sin embargo, reconozco que al pasar de la teoría a la práctica existirán contradicciones entre las medidas que son política y económicamente factibles y los mencionados principios. El objetivo sería lograr un balance entre lo posible y lo deseado.

A continuación presento mis sugerencias:

Reducir la tasa de impuesto corporativa al 25%, tal y como fue establecido en la última reforma tributaria. En la etapa de desarrollo que se encuentra nuestro país, altas tasas de impuestos desincentivan la creación de empleo formal y fomentan la evasión. Mientras más aumente el empleo formal mejor será la capacidad de recaudación del Gobierno.

Eliminar aquellas leyes de incentivo que en realidad operan como una transferencia de recursos hacia el sector privado y mantener aquellas que verdaderamente incentivan la creación de empleos. Por ejemplo, la ley de incentivo turístico hace mucho sentido para las zonas deprimidas del país. Sin embargo, es difícil justificar que zonas como La Romana, Juan Dolio y el Distrito Nacional requieran de esta ley para atraer inversiones inmobiliarias.

Sustituir la exención a los intereses recibidos por las personas físicas por sus depósitos en el sistema financiero por una exención que aplique únicamente si dichos interés son reinvertidos. En otras palabras, gravar el diferencial entre ingreso y ahorro. Si el ingreso es ahorrado está exento.

Eliminar la figura de retención a los dividendos. Actualmente, esta retención se constituye en un crédito en contra del impuesto corporativo de la empresa que realiza la retención, por lo que no existe doble tributación. ¿Si no existe la doble tributación, entonces porqué hacer la retención a los dividendos? Simplifiquemos!

Eliminar el impuesto sobre los activos. Esta es una figura que se ha usado en el combate contra la evasión. Probablemente ha dado buenos resultados. El problema es que penaliza injustamente a la pequeña y mediana empresa y aquellos negocios con un alto índice de apalancamiento. Todo esto incentiva el crecimiento del sector informal.  Eliminar el impuesto a la inscripción de hipotecas. Los negocios necesitan endeudarse para poder realizar sus planes de inversión.  Este impuesto es una carga que grava directamente la inversión.

Incrementar los ingresos por concepto del IVSS mediante aumento de las bases gravables pero manteniendo la actual tasa. Todos sabemos que las valoraciones utilizadas para el cálculo del impuesto se encuentran por debajo de los valores de mercado.

Ampliar la base del ITBIS para incluir aquellos rubros que no forman parte de la canasta básica. En la medida de lo posible, mantener la tasa del 16%.

Aumentar las tarifas de aquellos servicios públicos que se encuentran sustancialmente por debajo de su valor de mercado. Piensen en el Metro y la Caasd. La tarifa eléctrica debe aumentarse pero de forma gradual y constante.

Aumentar los impuestos a los hidrocarburos. En Alemania, Holanda, Italia, Noruega, Reino Unido, España, Japón el precio de la gasolina premium es de más de US$7.50/galón. En RD es de RD$5.87 / galón. Esto contribuirá a quitar presión a nuestra balanza de pagos.

Por el lado del gasto público, se debe desmontar de manera significativa el nivel de empleos públicos. Se deben establecer metas concretas de reducción. Al mismo tiempo, es necesario reducir y congelar por un periodo de dos años los salarios y otras compensaciones de los funcionarios públicos con mayor jerarquía.

Eliminar aquellos ministerios no prioritarios para el desarrollo de la nación y fusionar en el ministerio apropiado las funciones duplicadas realizadas por diversas instituciones del Estado. Los candidatos obvios para eliminación o fusión son los ministerios de la Juventud y  de la Mujer, la Oficina Coordinadora y Fiscalizadora de Obras del Estado y el Despacho de la Primera Dama, entre otros.

Revisar la política de otorgamiento de pensiones existente con miras a reducir y en algunos casos eliminar las mismas.

En lo que se restablece el balance fiscal, se debe fijar un monto máximo que será dedicado a subsidios. Todos queremos reducir la pobreza, pero los recursos no son infinitos y por lo tanto debe existir un balance entre la sostenibilidad fiscal y la redistribución del ingreso.

Por último, el imperio de la ley debe imponerse igual para todos los contribuyentes.

De nada sirve que mantengamos un sistema en donde el sector informal y parte del sector formal opere de manera intocable. O jugamos todos, o se rompe la baraja. 

Las claves

1.  Algunas modificaciones

Eliminar la figura de retención a los dividendos. Eliminar el impuesto sobre los activos. Eliminar el impuesto a la inscripción de hipotecas y aumentar los impuestos a los hidrocarburos.

2.  Ampliar base ITBIS

Ampliar la base del ITBIS para incluir aquellos rubros que no forman parte de la canasta básica.

3.  Eliminar ministerios

Eliminar aquellos ministerios no prioritarios para el desarrollo de la nación.

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