Los emblemas del PRD y PLD

Los emblemas del PRD y PLD

Se viene aceptando, sin que nadie se haya puesto a hurgar para comprobar su veracidad, que el logo emblemático del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) -el jacho prendío- vino elaborando desde el exilio, en el año 1961, junto con los delegados del partido blanco que como una avanzada llegaron para restablecer la democracia perdida durante más de tres décadas.

En honor a la verdad histórica, y reconociendo a uno de los tantos héroes anónimos -«hijos de Machepa»- que escribieron con su sudor, lágrimas y sacrificio las páginas gloriosas del PRD, hay que decir que el logo del jacho prendío fue diseñado por Taján Martínez, pendolista de profesión, y uno de los primeros que se organizó en la zona P, del sector de San Carlos. Recuerdo como ahora, si la memoria emotiva no me está fallando, aquella noche de mediado del año 1961 me encontraba parado en la esquina de las calles Abreu y Juan de Morfa, cuando se me acercó «el viejo roble perredeísta» para enseñarme, extrayendo de un fordel, el arte de un logo para el PRD, que según me dijo había discutido en el día con el profesor Juan Bosch, y tenía que llevarle al día siguiente, porque era un requisito que exigía la Junta Electoral de entonces para participar en las elecciones generales de diciembre del 1962.

Los miembros de la Junta Electoral de entonces, identificados en su mayoría con la Unión Cívica Nacional (UCN), obstaculizaban el posible triunfo electoral del PRD, obedeciendo instrucciones del Consejo de Estado gobernante, que componían siete miembros «cívicos», escogidos entre la más rancia aristocracia nacional, cuyo fin era que triunfara en los comicios el candidato de la UCN, Viriato Alberto Fiallo.

Los que participamos o fuimos testigos presenciales de aquellos turbulentos y sucesivos acontecimientos recordamos que «los cívicos», acompañados de «los catorcitas», emprendieron una campaña sucia y solapada, que consistía en pintar una palmita, símbolo del partido de Trujillo, sobre la «R» de la sigla PRD, para que pareciera a los ojos del pueblo que el partido blanco reencarnaba el trujillismo.

El logo del «jacho prendío» adquirió categoría mística en el alma popular la madrugada del 18 de noviembre del 1962, a pocas horas de las elecciones, cuando Juan Bosch le ganó la polémica televisiva al sacerdote Láutico García. Aquella madrugada se dio la primera manifestación espontánea de las mesas perredeístas, cuando miles y miles de hijos de Machepa, salieron a celebrar el triunfo portando jachos de cuaba prendidos, una escena tan impresionante, indescriptible a los ojos de los que no fueron testigos presenciales de aquel acontecimiento histórico de nuestra lucha democrática.

Pero es en la escogencia del logo emblemático del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) donde Juan Bosch confirma su profundo conocimiento del alma del dominicano y de la comunicación social. Resulta que el PLD venía usando desde su fundación en el año 1973 los colores patrios y el sol como símbolo emblemático. Cuando el partido solicitó su reconocimiento ante la Junta Central Electoral, en el año 1975 el organismo comicial observó que la agrupación tenía que buscar otro logro porque prohibía el uso de los colores patrios en emblemas partidistas.

El PLD emprendió de inmediato la tarea de buscar un color emblemático que impactara en la población, encontrándose con el dilema de que los dos colores más conocidos -el blanco y el rojo- eran símbolos del PRD y del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC). La búsqueda de ese color emblemático movió durante un tiempo todo el cuerpo orgánico del PLD, hasta que Juan Bosch propuso el color morado con la estrella amarilla de cinco puntas como emblema. Señaló el sabio líder que el morado estaba ligado ancestralmente a la psicología del dominicano sencillo, quien usaba este color para la devoción religiosa, como «promesa» ante el dolor o el encuentro de la felicidad.

En su libro Cuento de Navidad, Juan Bosch destaca que María, la madre de Jesús, «llevaba sobre la cabeza un paño morado». El morado es símbolo de la seguridad, protección y la solidaridad. La estrella amarilla de cinco puntas fue adoptada como un reconocimiento a la heroica lucha por su liberación del pueblo vietnamita, quienes la tienen como símbolo en su bandera nacional.

La adopción del morado rompió con la hegemonía del blanco y el rojo como colores simbólicos políticos, en la misma medida en que el PLD rompía en el terreno político nacional con el bipartidismo impuesto durante largo tiempo por el perredé y el reformista.

Después el morado y el amarillo impondrían la moda femenina, en el vestido, la cartera y los zapatos, ya que la combinación de estos dos colores contrastantes producen una sensación estética llamativa, lo que en la teoría del color se conoce como «colores eléctricos».

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