Dos compuestos encontrados en las uvas rojas y las naranjas fueron combinados para desarrollar una píldora que puede ser clave en la lucha contra la diabetes tipo 2 y reducir los casos de obesidad y enfermedad cardiovascular.
Científicos en la Universidad de Warwick y el Hospital Universitario de Coventry, Reino Unido, realizaron pruebas en pacientes obesos que, después del tratamiento,demostraron reducir los niveles de azúcar dañina y mejorar la circulación sanguínea.
Los investigadores lo han descrito como «un increíblemente emocionante desarrollo».
Sin embargo, señalaron que la cantidad que se requiere para ser efectiva no puede obtenerse incrementando el consumo de las frutas.
Acción conjunta
El equipo liderado por el Paul Thrornalley, profesor de Biología de Sistemas de la Escuela de Medicina de Warwick, estudiaron dos compuestos que generalmente no se encuentran en una misma fruta.
Son el trans-resveratrol (tRES), que se encuentra en las uvas rojas, y la hesperetina (HESP), contenida en las naranjas.
Cuando los administraron en combinación y en dosis farmacéuticas, los compuestosactuaron en conjunto para reducir la glucosa en la sangre, hacer más eficiente la acción de la insulina y mejorar la salud de las arterias.
Esta combinación incrementa la presencia en el cuerpo de una proteína llamadaglyxolasa 1(Glo1) que neutraliza un compuesto dañino derivado del azúcar llamado metilglioxal (MG).
El MG es uno de los principales actores en los efectos negativos del azúcar. El incremento de MG acumulado a una dieta de altas calorías impulsa la resistencia a la insulina que conduce a la diabetes tipo 2.
También es un factor en el daño a los vasos sanguíneos y en la deficiencia para controlar el colesterol asociado con el riesgo de enfermedad cardiovascular.
El bloqueo de MG mejoró la salud de personas obesas o con sobrepeso y muy probablemente ayude a pacientes con diabetes y alto riesgo de enfermedad coronaria.
«Este es un increíblemente emocionante desarrollo y podría tener un impacto masivo en nuestra habilidad de tratar estas enfermedades. Además de ayudar a tratar la diabetes y la enfermedad coronaria, podría desactivar la bomba de tiempo que es la obesidad«, declaró el profesor Thornalley en un comunicado.
Dosis farmacéuticas
Aunque estos compuestos cruciales se encuentran de forma natural en algunas frutas, la cantidad y tipo necesarios para una mejoría en la salud no se pueden obtener incrementando el consumo de frutas.
Dosis concentradas fueron administradas en forma de cápsula a 32 pacientes con sobrepeso y obesos, entre los 18 y 80 años, de edad, un con un índice de masa corporal (IMC) entre 25 y 40.
El IMC normal está entre 18,5 y 25. Más de 25 es considerado sobrepeso y más de 30 es obesidad.
Los pacientes recibieron una cápsula suplementaria al día, durante ocho semanas.
Se les pidió, y se controló, que no alteraran su dieta usual ni su rutina de actividad física diaria.
Después del período de prueba y tras análisis detallados, el equipo de científicos encontró que los pacientes con IMC superior a 27,5 que recibieron los compuestos mostraron mayor actividad de Glo1, niveles menores de glucosa, más eficiencia de insulina, mejor función arterial y menor inflamación de los vasos sanguíneos.
«La obesidad, la diabetes tipo 2 y la enfermedad cardiovascular alcanzan niveles epidémicos en los países occidentalizados. La deficiencia de Glo1 ha sido identificada como un impulsor de los problemas de salud con la obesidad, la diabetes y la enfermedad cardiovascular», dijo el profesor Thornalley.
Señaló que el nuevo farmacéutico que han desarrollado es seguro y que promete ser un tratamiento efectivo para añadir a las actuales terapias.
«Los pasos clave del descubrimiento fueron habernos concentrado en el incremento de Glo1 y, luego, la combinación de tRes y HESP en la formulación de un tratamiento efectivo».
El equipo científico está buscando socios e inversionistas para desarrollar los compuestos en productos farmacéuticos.
La esperanza, indican, es que el estudio conduzca a nuevos tratamientos que ayuden a pacientes con diabetes y enfermedad cardiovascular en todo el mundo.
No obstante, el profesor Thornalley advirtió: «Así como nuestro descubrimiento es emocionante, es igualmente importante resaltar que la actividad física, la dieta, otros factores de comportamiento y tratamientos actuales deben ser acatados«.