Los empleos y su futuro

Los empleos y su futuro

La aparición de los robots en el mercado laboral y el gran desarrollo de altas tecnologías (High Tech) han marcado un hito con implicaciones en el porvenir de millones de personas. Lejos de disminuir sus influencias han aumentado, incluyendo áreas que al principio quizá muchos no vislumbraron, la expansión continúa sin arredrarse. Al momento, es claro que de una forma u otra, en alguna de sus versiones los robots, cobots y la alta tecnología, continuarán invadiendo la producción de bienes y la facilitación de servicios.
La economía es el mayor aliciente para el uso de los robots pues con ellos se produce más rápido, con igual o mejor calidad a menor precio; cuando una fábrica de automóviles los introduce en su línea de ensamblaje, por ejemplo, las demás están obligadas a hacer lo mismo o quedarán fuera del mercado, solo vehículos muy caros, fabricados prácticamente a mano, mantienen un nicho especial que ha sobrevivido.
La presencia de robots en las líneas de producción de una fábrica, desplaza cientos o miles de obreros especializados que deben entrenarse en otras áreas para conseguir nuevos empleos, o, entrarán en los planes de seguridad social de los países organizados. Asimismo, la difusión extraordinaria de Internet rodeada de toda una serie de nuevos programas encadenados a la comunicación, hacen, por ejemplo, que los parroquianos puedan pedir sus compras a supermercados, tiendas por departamento, etc., y ésta llega a sus casas sin dificultades y a una hora determinada. El asunto no se queda ahí, las grandes cadenas de tiendas organizan en la memoria de sus computadoras a sus clientes, saben sus prioridades, gustos y preferencias para así bombardearlos con una efectiva publicidad que llega sin solicitarla. Compañías como Amazon tienen sus almacenes computarizados y al recibir una orden, es servida con muy poca participación humana.
Cierto, se han abierto otras puertas con estas tecnologías, sin embargo, la alta eficiencia de ellas reduce el número de personas necesarias, las que permanecen deben tener destrezas y conocimientos distintos, más sofisticados, que muchas veces ya no son del alcance intelectual del desplazado. Además, millones de personas quedan apresadas en la transición de lo existente con lo nuevo que es progresiva pues las tecnologías se modifican, usan o inventan con gran rapidez. El crecimiento de la población mundial viene a agravar el desempleo, especialmente en países con escaso desarrollo.
Esto presenta un gran reto al futuro de los países y de la humanidad que preocupa a intelectuales y gobernantes. Una gran masa de ciudadanos sin medios de vida, no sólo en los países con escaso desarrollo, sino también en lo conocido como primer mundo, es una situación calamitosa que alarma.
¿Qué pasaría si los países pudieran dar un subsidio a todos sus ciudadanos, sin ningunas condiciones, tanto a los que trabajan como a los que no, y aun así mantener su producto interno bruto? ¿Cómo se comportarían las personas recibiendo un sueldo básico universal suficiente para vivir, trabajarían voluntariamente para aumentar sus entradas? Muchas preguntas surgen en este trance; Finlandia decidió hacer un experimento para arrojar luz sobre estas interrogantes.
De acuerdo con Olli Kangas, quien diseñó el experimento, que para 2017 podría tener 100,000 personas inscritas, escogidas por sorteo aleatorio, se persiguen tres objetivos:
Primero, “Un objetivo es hacer nuestra seguridad social más acorde a aquellos cambios en el mercado laboral”.

Segundo, dice Kangas: “Queremos evitar las trampas de los incentivos y hacer que sea más atractivo trabajar que en el presente sistema”.

Tercero, “Cuando se tienen entradas que deben ser verificadas, toma tiempo a nuestros empleados comprobar todas las solicitudes de exención y si las entradas del contribuyente varían, debe volver a verificarse todo ……….. si el Gobierno pudiera pagar beneficios sin ningún tipo de verificación se evitaría la complicación burocrática”. Los resultados de este experimento de socialización serán interesantes y quizá señalen algunas rutas para decisiones que puedan contribuir a resolver los intrincados vericuetos de los empleos futuros.

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