El presidente de la Asociación de Industrias de la República (AIRD), Lisandro Macarrulla, expresó ayer su preocupación por las desventajas comparativas en que se encuentran las empresas nacionales, por lo que podrían perder los nichos de mercados que han logrado en el país y en el exterior.

Macarrulla expresó que el país podría perder lo que ha podido lograr con los tratados de libre comercio con naciones de economía asimétricas a las nuestras, donde los sectores productivos gozan de condiciones y un entorno de políticas industriales activas que le permiten ser mucho más competitivos que los dominicanos.

Dijo que en países centroamericanos como Guatemala, por solo citar uno, los representantes de los sectores económicos tienen la posibilidad de obtener recursos oportunos y a tasas óptimas de interés para financiar sus operaciones productivas por debajo del 14% de interés anual, cuando se trata de moneda local, y el 6% anual cuando se trata de financiamiento en divisa norteamericana.

Macarrulla manifestó que el arancel para las importaciones de materias primas e insumos es de 0%, además de que disfrutan de un incentivo a las exportaciones que no es gravable, lo que significa que los beneficios que generan sus actividades productivas, están exonerados del pago de impuestos.

El presidente de la AIRD señaló que el costo de energía eléctrica para el industrial es de 9 centavos de dólar el kilovatio hora, significativamente mucho menor que el costo para la industria nacional, por lo que a su juicio, resulta imposible que el aparato productivo dominicano pueda sentar las bases para poder competir en un mercado abierto con estas naciones.

«Desde hace tiempo, los sectores de la industria nacional hemos venido advirtiendo que una apertura de mercados sin una adecuada implementación de políticas industriales activas que permitan reducir las deficiencias con las cuales convivimos actualmente, afectaría negativamente al sector», sostuvo.

Agregó que por esa situación entienden que resulta imperativo recibir un compromiso previo de parte de las autoridades, para en armonía con el sector privado, realizar las reformas estructurales que permitan sentar las bases para poder competir desde la República Dominicana.

Macarrulla expresó que, por tanto, se hace imprescindible aprovechar la discusión que se lleva a cabo actualmente en procura de consensuar una reforma fiscal, para de esta manera corregir las distorsiones impositivas que obstaculizan la competitividad de los sectores productivos nacionales y por ende, maximizar los beneficios que se derivan de la apertura que brinda este tipo de acuerdo.