“Los encebollados”

“Los  encebollados”

Queremos advertirle a Daurín Muñoz que si es el tipo personas que creemos -los cuales escasean-, y ciertamente estudió Comunicación Social y piensa en un futuro ejercer; siempre estará aderezado con cebollas, es decir, continuará siendo un encebollado más, si partimos de los exiguos salarios que también devengan numerosos periodistas.

Advertirá que, como periodista -si incursiona en el oficio-, se verá compelido a frenar su ímpetu casi esquizofrénico, de conducta cuadrada, apegado a los idóneos principios y derechos que deben beneficiar a los profesionales que rinden un limpio servicio.

Porque no solo en la Policía Nacional hay salarios “cebollas” que deprimen y hacen llorar a cualquiera. En República Dominicana todavía hay una caterva de periodistas, según se nos informa, que apenas devengan diez o quince mil pesos mensuales.

Claro, es un sueldo mejor remunerado que el dispensado a cualquier raso de la policía, aún con los llamados “beneficios colaterales”. Además, si él actúa valientemente, como lo hizo en las redes sociales, y se atreve a denunciar en cualquier redacción, que se abusa de los reporteros, será aislado y devendrá en un periodista más, de muy forzoso bajo perfil.

Lastimosamente, comprobará que hasta algunos de sus “colegas” mantendrán un cotilleo en contra de su verticalidad, amén de que como profesional que se inicia, algunos con menos formación que él, no lo orientarán. Se embarcarán en la tarea de rebajarlo; desmeritar sus atisbos profesionales y de individuo solidario y progresista.

Observará que algunos periodistas que se precian de izquierdistas y adversos a los abusos del capitalismo salvaje que nos explota hasta en lo mediático, contemporizarán con ciertos individuos del sistema enclavados en oscuros sectores; que pregonarán en los corrillos periodísticos que tal o cual funcionario o militar, es “mi amigo; mi hermano”.

Si acaso se publicase esta nota que para algunos “no dice nada” porque afecta ciertos intereses, le diré que no se extrañe si algunos de sus colegas que se suponen periodistas comprometidos y solidarios, sientan bases económicas como fruto de ciertos sectores políticos.

Algunos de estos, luego reaparecerán reivindicados; con un periodismo de fuste, cuestionando las acciones de gobiernos y funcionarios. A eso se le llama doble moralidad.

En consecuencia, le diremos al raso -si lo es todavía al momento de elaborar este artículo-, que esté listo para resistirse ante el sistema o, de lo contrario, aventurarse en el pluriempleo; el clientelismo, que en muchos casos es el “macuteo” de ciertos periodistas. Si acaso Muñoz intentara ejercer el periodismo, le deseamos éxitos, porque sospechamos que si continúa con su estoicismo, como hasta ahora; de forma ineluctable, continuará perteneciendo al grupo de “los encebollados”.

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