La capacidad discursiva es una de las grandes dotes que adornan al  Presidente de la República. El doctor Leonel Fernández maneja con destreza la habilidad de decir lo que quiere y de forma muy bien conceptualizada.

Sus ideas son expuestas al público mediante un estilo didáctico que convence e impresiona.

Sin embargo, quienes sigan de cerca sus planteamientos, descubrirán algunos detalles interesantes.

Fernández dijo al inicio de la crisis que amenazaba a todo el mundo que República Dominicana estaba blindada. Con el paso del tiempo corto nos dimos cuenta que la realidad era otra.

En su toma de posesión en el año 2008 el mandatario dijo que en su Gobierno el negocio del narcotráfico no pasaría.

Pero recientemente en Cancún, México, calificó como una gran tragedia y como “la plaga del siglo XXI” el narcotráfico que, entiende, es un problema muy complejo y complicado que va a requerir de la cooperación entre todos para poder enfrentarlo.

En ese escenario dijo que debe darse una acción más coordinada de los gobiernos para enfrentar este mal. 

Por allá y acullá el mandatario dice lo que no dice aquí. Esa forma de hablar se profundiza aún más en el pasado al retomar su obra “Raíces de un Poder Usurpado”. En ella se recuerda cómo Fernández afirmó que el clima de terror impuesto por el gobierno del doctor Joaquín Balaguer mantenía en estado de zozobra permanente a la sociedad dominicana.

Fue a ese Balaguer a quien él tomó la mano en el 1996 en la concertación del Pacto Patriótico, el cual le puso el poder en las manos.

Siga el ejercicio y notarás otros tantos vaivenes que pueden ser sólo obviados por la fuerza y el brillo del poder. ¿Mimetismo circunstancial?