Al comparar las épocas entre lo que se vivía en el mundo del espectáculo a la muerte del dictador Rafael Leónidas Trujillo y 50 años después, por necesidad las diferencias son enormes.
Desde años antes del ajusticiamiento del tirano, la proliferación de eventos en la sociedad dominicana estaba supeditada a las organizadas por el régimen. Ellos elegían qué artistas traer, las fechas y el lugar donde tenían que ser presentados los eventos, contrario a lo que ocurre en la actualidad. Uno de los artistas a quien tocó vivir en las entrañas del ambiente de la Era fue el merenguero Joseíto Mateo. Él narra que para ese entonces todos los artistas, locales y extranjeros, cantaban en vivo en las instalaciones del Palacio Radiotelevisor La Voz Dominicana (actual CERTV). Habían tres orquestas para los programas bailables, la Súper Orquesta San José, clase A, la Orquesta Angelita, que era clase B y la Orquesta Melódica, clase C. Estas divisiones se daban dependiendo del nivel de los músicos.
Joseíto Mateo dijo que el salario mensual que ganaban los músicos era de RD$200 para los clase A, los clases B, RD$150 y los de clase C recibían un monto de RD$125.
Uno de los eventos trascendentales, al que se invitaba a figuras internacionales, era la Semana Aniversaria de la emisora. El único artista dominicano que participaba en esa actividad era yo. Había una orden de Petán de que se tenía que abrir el espectáculo y cerrarlo con un merengue, expresó el nonagenario cantante sin ánimos de arrogancias ni pintarse como el mejor.
Lo que pasa es que yo era el que cantaba merengue y entonces me ponían a mí, subraya el Rey del Merengue, que fue apodado El Diablo por la diversidad de géneros que interpretó con calidad.
Los eventos multitudinarios. A diferencia de estos días cuando proliferan los grandes escenarios, las presentaciones se limitaban a algunas salas de cine y al Radio Teatro al Aire Libre de La Voz Dominicana, el cual tenía capacidad para más de 5,000 personas y estaba ubicado en el triángulo que forman las calles Doctor Tejada Florentino y Charles Piet, justo al frente de La Voz Dominicana, (en lo que ahora es el paqueo de CERTV, Canal 4)
Otra de las prácticas extrañas y comunes, pero muy difíciles de hacer ahora, es la que el catedrático universitario Jesús de la Rosa destaca, en materia de la organización de los eventos artísticos.
Los comerciantes de la época patrocinaban los conciertos y el pago de los artistas, pero no salían en ninguna crónica, pues el que salía era Petán, reveló De la Rosa, quien fue testigo de lo que vivió su padre con un cantante lírico mexicano.
Mi papá trajo al tenor Néstor Mesta Chaires. Mi padre era de los comerciantes que junto a otros financiaban artistas para la Semana Aniversaria, pero ellos no salían como patrocinadores de nada, explica el profesor.
Petán te pedía el dinero, pagaba los artistas y no te mencionaba, lo cual es muy distinto en estos tiempos. Si se toman los periódicos de la época se ve que es el gran José Arismendy Trujillo Molina quien se retrataba con los artistas, indicó el exministro de Deportes. Recuerda que un día su padre, molesto con la acción, hizo el comentario. Le costaba mil pesos diario y además rifaban un radio marca Emerson cada una hora todo el día en La Voz Dominicana, como promoción del concierto.
Debido a la escasa o casi nula vida social nocturna que envolvía la ciudad capital, los eventos en materia de asistencia de público eran masivos.
El costo de una entrada oscilaba entre RD$1.00 y RD$1.50, pero los patrocinadores entrábamos gratis, explicó Jesús De la Rosa a ¡Alegría!
En la actualidad. Solo basta observar cómo el negocio de traer artistas, prácticamente ha saturado el ambiente, aprovechando la euforia de los fans que manifiestan con el pago de costosas boletas el disfrute de sus artistas favoritos, en cualquiera de los escenarios que se les ofrezca.