TOPSHOT - US Democratic presidential candidate Hillary Clinton and US Republican presidential candidate Donald Trump debate during the second presidential debate at Washington University in St. Louis, Missouri, on October 9, 2016. / AFP / Robyn Beck
Washington. Aunque son 50 estados, tan solo un puñado de ellos son los encargados de marcar la diferencia en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, y este año, a apenas unos días de los comicios, la atención está puesta especialmente en los conocidos como “bisagra».
Nevada, Iowa, Ohio, Carolina del Norte y Florida son los estados protagonistas en la recta final de la campaña electoral, territorios donde tanto el republicano Donald Trump como la demócrata Hillary Clinton están volcando sus esfuerzos. En Nevada la campaña ha sido constante e intensa en las últimas semanas, sobre todo por parte del equipo de la exsecretaria de Estado, quien no solo ha mandado allí a la candidata, sino que también ha desplegado toda su batería de pesos pesados, con repetidas visitas del presidente Barack Obama y de su número dos, Joe Biden.
Conocido por su aridez, pero también por sus casinos, Nevada es uno de los estados más disputados de esta carrera presidencial, donde también hay en juego un asiento en el Senado que podría modificar las mayorías del Congreso entre demócratas y republicanos. “Nevada no es un voto de confianza ni para los demócratas ni para los republicanos y (…) es también un buen indicador de la votación general”, explica a Efe Eric Herzik, catedrático del departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Nevada en Reno. “Desde 1912, Nevada ha votado por el candidato ganador en cada carrera presidencial, excepto en el año 1976.
Por lo tanto, hemos votado a favor de (Ronald) Reagan y George H. W. Bush; y luego por (Bill) Clinton dos veces”, recuerda el experto. Aunque durante un tiempo Clinton lo dio por perdido, Iowa se ha vuelto en las últimas semanas un lugar disputado por los candidatos, que han dejado a un lado sus esfuerzos por Colorado -parece decantarse ya con firmeza por la demócrata- y han decidido centrarse más en este pequeño estado rural.
Solo cuenta con 6 votos electorales dado su tamaño, pero es un bastión representativo de la democracia estadounidense, donde el presidente Obama ganó en sus dos legislaturas pese a ser considerado un estado de cariz conservador dada su demografía. Allí Trump llegó a gozar de una ventaja de casi 7 puntos, y ahora apenas les separan 1,4, según la media de las encuestas que arroja RealClearPolitics.