Los Estados Unidos socialistas

Los Estados Unidos socialistas

Guaooo. ¡Qué título! Merezco un premio por innovador geopolítico. Eso, porque nunca, absolutamente nunca, a nadie se le había ocurrido tal posibilidad y ni siquiera de eso se habría hablado; posiblemente ni en el seno del minúsculo Partido Comunista norteamericano. Es que nadie, absolutamente nadie, ha pensado en tal posibilidad. Estamos hablando del tipo de socialismo que se evaporó en lo que fue la Unión Soviética y Europa del Este y que los teóricos denominaban “socialismo real” para diferenciarlo de aquel otro que construían, y bajo el cual viven no pocas naciones del mundo desarrollado, incluyendo varias europeas.
Ni en esas naciones, ni los líderes estadounidenses que acusan de “socialistas” y hasta de “comunistas”, ni en la Venezuela chavista jamás se ha hablado de “marxismo– leninismo”. En algunas pocas naciones latinoamericanas que hablaron de “socialismo del Siglo XXI” nunca hablaron de, ni pretendieron, construir una sociedad socialista del tipo al que llegó Cuba – que tampoco es hoy lo que fue – en un mundo que ya no existe. Pensaban, creo yo, armar un Estado que captara ingresos suficientes mediante sectores claves que permitiesen disponer de recursos imprescindibles para poder implementar programas sociales que mitigasen la pobreza mientras creaban condiciones para que el sector público – privado estimulase el desarrollo que crease los empleos necesarios que de manera efectiva permitieran superar la pobreza, disminuyendo subsidios. Tanto China como Vietnam cuentan con gobiernos del tipo de partido único pero con economía de mercado de corte capitalista con fuerte compromiso social. En el mundo desarrollado no necesitan hacer eso; lo resuelven por vía de impuestos directos, – aquellos que se aplican fuertemente a los altos ingresos, individuales y corporativos. En la mayoría, excepto en EEUU, hasta el 70% de los ingresos presupuestales llegan por esa política fiscal. Nuestras pobres naciones no pueden recurrir a ese nivel impositivo porque desestimularían al sector empresarial que, por el contrario, necesita aliciente para impulsar la economía.
¿Por qué vienen a nuestras naciones tantos franceses, italianos, alemanes y otros muchos más? Eludiendo los niveles de carga impositiva que aplican en esas naciones para conseguir lo que necesitan para instrumentar programas sociales que hacen de sus sociedades un escenario de mayor bienestar y confort. Bernie Sanders, el más conocido “socialista” estadounidense, entre muchos que han brotado, no tiene nada que ver con el “socialismo real”. Su política es poner freno al poder y dominio de las grandes multinacionales por la vía de fuertes impuestos, lo contrario a lo que hace la actual administración, para poder atender la pobreza que, oficialmente, azota a 40 millones de norteamericanos; dar cobertura de salud a decenas de millones que no cuentan con ella y dar respuesta a otras urgencias sociales.
Está muy bien enriquecerse y llegar a ser millonario pero es insostenible un mundo donde el 1% de sus habitantes controlan la inmensa riqueza del planeta. A ello se refería Juan Pablo II cuando hablaba de “capitalismo salvaje y al que Francisco se refiere con otros términos. Nada que quiebre el emprendurismo empresarial y las bases capitalistas de la sociedad.