Madrid, EFE.- En la retaguardia de la alfombra roja, un ejército de estilistas lucha para que las celebridades a las que visten conquisten lo más alto de las listas de los más elegantes y aprovechan la percha de las estrellas del celuloide para conseguir nuevos clientes y ganarse, también ellos, un lugar ante los focos.

La meca del cine no solo vende películas, sino también moda y clase. Las actrices que despuntan son encumbradas como íconos de estilo, y su aparición en revistas y “blogs” especializados puede lograr que su imagen sea una constante también en las carteleras.

En Hollywood, quienes viven de vestir celebridades, ganan influencia y son portada de revistas junto a los famosos que asesoran, además de tener sus “ránkings” particulares de influencia, como el de la revista “The Hollywood Reporter”, que analiza los veinticinco estilistas más influyentes de la meca del cine. Algunos de estos profesionales incluso eclipsan a sus estrellas, como es el caso de Rachel Zoe: la asesora de estrellas como Sofía Vergara o Jennifer Lawrence, quien tiene su programa de telerrealidad y seguidores por millones en las redes sociales. Tras los estilismos que arrasan, hay un cerebro generalmente de mujer: “El trabajo de estilista ha sido siempre femenino, porque viene del mundo editorial de las revistas de moda, en las cuales siempre ha sido un ‘staff’ de mujeres”, aunque hay “cada vez más hombres”, señaló la estilista Blanca de la Hoz.