Los estraperlistas de la historia

Los estraperlistas de la historia

JOAQUÍN RICARDO
Nueva vez, con la velada anuencia de los que advinieron al poder el 16 de agosto del pasado año 2004, cuando tuvo lugar el traspaso de mando y se produjo un cambio de hombres, más no un cambio en los hombres que administran el Estado, se pretende distorsionar la historia dominicana en desmedro del doctor Joaquín Balaguer. La historia es, según la Enciclopedia de la Política, de la autoría del presente hombre de Estado e intelectual Rodrigo Borja, «en su definición más simple, el relato escrito, fidedigno y sistemático de los hechos humanos».

En esta oportunidad, con la presentación del curso audiovisual «Viaje al centro de la Historia», elaborado por el señor Jimmy sierra, bajo los auspicios de la fastuosa Fundación Global, se advierte la intención de minimizar las realizaciones del doctor Balaguer en el denominado «Período de los 12 años».

En lo que parece ser una política de Estado, vuelve por su fueros la interpretación unilateral de la historia, intentada recientemente cuando un alto funcionario de la Presidencia instruyó a la dirección del Archivo de la Nación para que elaborara la lista de los ex presidentes que deberían figurar en la «Galería de Presidentes, para exhibirse en el Palacio Nacional, iniciativa de la prestante dama doña Asela Mera de Jorge, cuando su esposo desempeñaba la primera magistratura del Estado. En esa oportunidad, se dijo que la fotografía del doctor Balaguer correspondiente al citado período de los 12 años se iba a excluir de la referida Galería por su irrespeto a las libertades públicas.

Con este audiovisual aspira la majestuosa Fundación que lo auspicia, adicionarlo como parte complementaria de los cursos de historia que se imparten en las escuelas públicas, en un asalto tosco y burdo, con el objeto de manipular los conocimientos que deben impartirse a las nuevas generaciones de dominicanos que no vivieron esa época, razón por la cual desconocen las condiciones en que hubo de gobernar el fundador y líder del Partido Reformista, doctor Joaquín Balaguer. Además, resulta una verdadera calamidad pública que se escoja la parte más sensible y vulnerable de nuestra sociedad, como son los jóvenes que se forman en nuestras aulas, para enseñarles un ciclo de la historia patria en forma aviesa y fragmentada. Creemos, además, que quienes alientan la realización de acciones tan poco constructivas para el logro del equilibrio de la paz social del país, olvidan que el que siembra vientos solo cosecha tempestad, y que Joaquín Balaguer ocupa un sitial en la historia dominicana del que no podrá ser desplazado, pues sus hechos se encargarán de reivindicarlo.

En el caso que nos ocupa se resaltan los desafortunados incidentes que se presentaron, muchos instigados por la cacería que se desató entre dos grupos de la izquierda revolucionaria al disentir acerca del método de lucha armada a utilizarse contra el gobierno legítimamente constituido. No obstante, ocultan los movimientos subversivos, tanto en la montaña como en la ciudad, así como las personas que perecieron en el intento de despojar de sus armas a miembros de las Fuerzas Armadas. Tampoco se mencionan, estamos seguros, los asaltos a las instituciones bancarias, los secuestros, las profanaciones a las iglesias perpetradas en nombre de las reivindicaciones proletarias; pero tampoco se alude a la fragmentación de la sociedad dominicana como resultado de la guerra civil de 1965.

El progreso material alcanzado en ese lapso, con las construcciones de presas, caminos vecinales, avenidas, complejos habitaciones, acueductos, escuelas, polideportivos, hospitales, puertos y aeropuertos, así como la revolucionaria reforma agraria, por tan sólo citar algunas de las miles de obras erigidas por el doctor Balaguer con el ahorro interno, en su inmensa mayoría, aparecen fugazmente en el referido audiovisual. Esa actitud parcializada denota que para sus gestores, «no existe nada nuevo bajo el sol».

Nos permitimos advertir a aquellos que insisten en desmeritar la figura histórica del doctor Balaguer, que todas sus acciones, como decía uno de los biógrafos del padre de América, del Libertador por antonomasia, como le llamara el doctor Balaguer, a Simón Bolívar y Palacios, son «simples manchas negras sobre el plumaje de cóndor».-

Es lógico que como dirigente político y jefe de Estado el doctor Balaguer tenga adversarios que lo estiagmatizan ahora que ya no es más que un poco de «cenizas y de historia», pero ante él cabe recordar la advertencia del Mártir del Gólgota: «El que esté libre de pecado que tire la primera piedra».

Aunque los estraperlistas de la historia no lo hagan, los demás tenemos muy en cuenta el sacrificio del doctor Balaguer, amante de la gloria antes que de el poder, al exponer su vida por salvar la patria y para impedir, en esos aciagos momentos, que en sus manos se disolvieran los destinos superiores de la República.

A pesar de las inútiles pero fétidas ráfagas que produce la envidia, la figura del doctor Balaguer, cada día que transcurre, se hace más visible. Como dijera él mismo de José de San Martín, «el tiempo va haciendo con él lo que hacen el viento y la lluvia con las montañas: que pulen y abrillantan sus cúspides sin alterar su fisonomía».

Las presentes autoridades, que al parecer no les preocupa el respeto de sus conciudadanos, deberían aprender de Tiziano Vecellio, uno de los más famosos pintores italianos de todos los tiempos.

Se cuenta de Tiziano que, antes de iniciar un retrato, se pasaba unos días meditando, sin comenzar la obra.

– Os tomáis un descanso? – Le preguntaban.

– No, dudo si hacer o no el retrato de…

Decía el nombre de la persona. Y cuando le preguntaban el motivo de su duda, respondía:

– Es que cada vez que hago un retrato me juego mi reputación.

Ante tan sabia respuesta doy por terminado este breve comentario, convencido de que finalmente la historia tendrá la última palabra.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas