POR MARIEN A. CAPITAN
En marzo de este año sólo un 3.88% de la población dominicana se encontraba cursando estudios superiores, según establece Daniel Vargas Peña en el informe sobre el “Nivel de Postgrado en la República Dominicana”, quien manifiesta que la tasa de crecimiento promedio de los últimos 10 años en la educación superior es de un 13.2%.

“Para el año 2003 la población estudiantil era de 3,476 por cada 100,000 habitantes, lo que representa un crecimiento satisfactorio en comparación con los 1,773 estudiantes por cada 100,000 habitantes ostentados en el año 1995 y los 2,290 en el 1999”, sostiene Vargas.

Por otra parte, Vargas resalta que la educación superior es un privilegio casi exclusivamente urbano puesto que un 92 % de los estudiantes procede de las diferentes ciudades y sólo un 8 % de las zonas rurales. “En otro sentido, para el año 2002, el 62 % de los estudiantes procedía del sector educativo público, mientras el 38% procedía del sector privado o colegios”, agrega.

SOBRE LA UBICACION

La educación superior muestra una tendencia acelerada de ser monopolizada por las dos ciudades principales del país: Santo Domingo y Santiago. En ese sentido, resalta Vargas, el 66.2 % del estudiantado realiza sus estudios en estas grandes ciudades y el resto (33.8 %) estudia diseminado por las restantes ciudades.

“Se observa que de las nueve nuevas instituciones de educación superior aprobadas desde agosto del año 2000 hasta mayo del 2004, siete están ubicadas en Santo Domingo y una en Santiago de los Caballeros (la restante está en Higüey)”.

Con relación a las edades promedio de los estudiantes para el año 2003, Vargas manifiesta que el 75% tiene entre 17 y 25 años; el 19% están entre los 26 y 40 años; y un 6% tiene más de 40 años.

Respecto a los postgrados, Vargas subraya que de los 22 Institutos de Educación Superior (IES) que ofrecen programas de postgrados, doce están ubicadas en la ciudad de Santo Domingo y cinco en Santiago de los Caballeros, lo cual asciende a un 77.3% del total. Otras cinco provincias del país ostentan tener sedes universitarias con cierta oferta de postgrados.

“Lo anterior significa que en 25 provincias, de las 32 que tiene el país, no existen sedes universitarias que implementen programas de postgrados, lo cual se traduce en exclusión en el acceso a la más alta formación para amplias regiones del país, desarrollándose así desiguales posibilidades de desarrollo”.

Al hablar sobre el crecimiento de los cursantes del nivel de postgrado, Vargas resalta que ha experimentado un crecimiento considerable y acelerado a partir del año 1995, cuando la matrícula ascendió a 2,212 (antes estaba por debajo de los 2000).

“La tasa promedio del crecimiento anual de los últimos 10 años asciende a 18%, siendo dicho crecimiento más alto que el crecimiento promedio general de los últimos 10 años en la educación superior: 13.2%”.

Con relación al género, Vargas apunta que “resulta atípico en el sistema educativo superior la relación de hombres y mujeres en el nivel de postgrado, pues aunque en la educación superior la presencia femenina es de 63.6%, en el nivel de postgrado hay un ligero predominio masculino de 51.2% frente a un 48.8% femenino”.

DISTRIBUCION DE LOS ESTUDIANTES

En el año 2002 y 2003 el número de estudiantes que cursaban materias del nivel de postgrado fue de 9,003 y 9,203, respectivamente. Para el año 2002 estos cursantes de postgrado representaron 3.1% del total de la matrícula estudiantil (286,134); y para el año 2003 representaron el 3%, con relación al total de 298,092 estudiantes.

Tomando como punto de partida los datos del año 2003, Vargas establece que la cobertura total del nivel de postgrado, con relación a la población nacional (8,230,722 habitantes), es escasamente de 0.1%. Este porcentaje está muy por debajo de la cobertura general latinoamericana, la cual se encuentra entre 2 y 3%.1

“La relación se muestra más extrema tomando como referencia la cantidad referida por cada 100,000 habitantes, de lo cual resulta 0,001% cursantes del nivel de postgrado.

La limitada cantidad de estudiantes en el nivel de postgrado manifiesta uno de los desafíos primordiales que tendrá que enfrentar la educación superior dominicana en el futuro próximo y a corto plazo para poder alcanzar estándares satisfactorios de formación profesional en la competencia globalizada referente a recursos humanos de calidad”, asegura.