Los excluidos

Los excluidos

Un problema social que las autoridades deben encarar con absoluta seriedad es el de miles de seres de este país, niños y adultos, que en términos legales «no existen».

Se trata de personas que carecen de la documentación que los registre como ciudadanos y que, por tanto, los haga acreedores de una nacionalidad y puedan acogerse a los derechos y deberes que consignan nuestras leyes.

La secretaria de Educación, Alejandrina Germán, acaba de referirse a este espinoso tema durante su comparecencia, el miércoles, al almuerzo semanal del Grupo de Comunicación Corripio.

Su referencia al tema, sin embargo, se ajustó al ámbito de su especialidad: la educación, a la que no tienen acceso niños, jóvenes y adultos carentes de documentación.

En realidad, la condición de indocumentado excluye a mucha gente de todos los servicios y beneficios que debe proveer el Estado, y del disfrute de los derechos que les garantiza una ciudadanía debidamente documentada y registrada.

Muchos seres nacen y crecen sin ser debidamente registrados. Carecen de actas de nacimiento y, por lo tanto, no pueden obtener cédulas, pasaportes y otros documentos. Están, pero legalmente «no son».

En esa situación hay descendientes de padres dominicanos, así como hijos de haitianos que han nacido y viven y se multiplican en territorio dominicano. No hay registros sobre sus nacimientos, sus identidades, y posiblemente tampoco de sus ascendientes y descendientes.

-II-

Si este es un problema social grave, hay que tratar de desentrañar el por qué. En el abanico de causas es fácil identificar una: la dificultad que entraña la obtención de un acta de nacimiento bajo declaración tardía.

Para un adulto indocumentado es una tarea engorrosa y costosa el pretender proveerse de documentación. Por eso mucha gente opta por quedarse indocumentada o recurre a «soluciones» al margen de la ley, mediante falsificaciones y otros métodos.

El caso de los niños es particularmente dramático, pues al no estar debidamente declarados, no son aceptados en las escuelas y sus posibilidades de educarse y prepararse se hacen cada vez más remotas. La condición de indocumentados les acarrea muchos problemas y les impone muchos obstáculo en el desenvolvimiento de sus vidas.

Por ser un problema realmente complejo y de larga data, no se puede presumir que la solución sea cosa fácil.

Sin embargo, se puede pedir que las autoridades sometan a un estudio minucioso este problema y que trabajen en el diseño de alternativas de solución entre las cuales, necesariamente, hay que barajar alguna que haga menos engorroso y costoso el intento de obtener una documentación personal indudablemente legal, siempre que ea posible demostrar el origen de la persona de que se trate.

Es una tarea que debe ser emprendida para que tanto adultos como niños puedan quedar debidamente registrados como ciudadanos de pleno derecho.

La indocumentación es una forma de exclusión social que, aunque no sea expresamente propiciada por el Estado, se convierte en uno de sus pecados cuando se la trata con indiferencia. Hay que procurar los medios para que esos seres que indudablemente «están» también «sean» de pleno derecho.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas