Los exquisitos decorados de dos casas coloniales

Los exquisitos decorados de dos casas coloniales

Recorrer la Ciudad Colonial es un encanto, pues permite viajar a través de los siglos. Allí se pueden ver las antiguas edificaciones que son hoy el patrimonio urbanístico de la ciudad Santo Domingo, al ser primicias únicas en las Américas.

[b]La Casa del Cordón[/b]

La Casa del Cordón, situada en la calle Isabel La Católica esquina Emiliano Tejera, fue la primera casa colonial construida de piedra, y se puede decir que es la más impresionante de la ciudad intramuros, al tener los elementos que simbolizan la reciedumbre nobleza del Adelantado Francisco de Garay, los cuales se encuentran en su fachada.

Levantada en el siglo XVI, presenta una amplia portada, enmarcada con un decorado sobrio de gran esplendidez arquitectónica del arte pétreo tallado, que es un cordón franciscano a manera de místico adorno rectangular, el cual al llegar a la parte superior se enlaza en los ángulos de ambos lados y retorciéndose con nudos baja para terminar con flecos.

El portón posee un arco reducido y festoneado con las perlas del ciclo de los Monarcas Católicos del Viejo Mundo. Fue restaurado a su forma genuina por el arquitecto Teódulo Blanchard, bajo la orientación de Manuel del Monte Urraca, director de la Oficina de Patrimonio Cultural.

Este acordonamiento encierra en ambos lados dos blasones pertenecientes a los Dávila y a la cuadrilla de Blanco Jimeno, únicos en una edificación colonial.

El de la izquierda, dividido, presenta en su primer campo seis discos y en el segundo dos manos movidas del lado siniestro, que sostienen una caña, de cuyo extremo cuelga una redecilla. El de la derecha, dividido, en su primer campo tiene seis discos y en el segundo cinco cornejas, colocadas en una pieza honorable donde la del medio es la coronada, adornada con un cordón franciscano.

Por igual, posee una regia ventana tallada en piedra con marco cerrado, cuyo doblez en el corte de la pared encierra una forma gótica mudéjar, desde la cual antaño también se usaba como mirador para divisar los barcos que llegaban al río Ozama.

Así, en el portón de las ruinas de San Francisco hay un cordón franciscano pétreo que se envuelve en el medio y los lados.

[b]La Casa de Bastidas[/b]

La Casa de Bastidas, construida en el siglo XVIII y situada en la calle Las Damas, es la única casa colonial larga unida a la Fortaleza Ozama, que abarca unos tres mil metros cuadrados. Fue morada del adelantado Don Rodrigo de Bastidas, la cual hace unos años restauró el Patrimonio Cultural siendo sus arquitectos Eugenio Pérez Montás y Manuel Valverde.

Tiene una fachada con un pequeño portal de líneas neoclásicas, en cuya parte superior está la imagen labrada en piedra de Santa Bárbara, señalada patrona de los cuerpos castrenses, única imagen católica existente en una casa señorial colonial. Esta residencia tiene en su pórtico dos columnas toscanas redondas que rematan en el espacio triangular de tres cornisas, las cuales están sobre las paredes enladrilladas. En ella, también se aprecian dos cañones enterrados y enganchados con cadenas en la pared, únicos existentes en una vivienda colonial.

Debajo se observa los restos borrados del escudo de armas de los Bastidas, que estaba tallado en piedra, el cual en 1830 destruyeron los invasores haitianos.

Adentro hay valiosas estructuras coloniales, entre ellas: los vanos en ladrillo rematados por arcos de distintas formaciones, siendo el de tres divisiones el más curioso debido a que presenta el precioso modelo arquitectónico del arte mudéjar; está la pequeña puerta que se abre sobre el antiguo camino de la ronda, y también se exhibe un aljibe con mucha profundidad, que es una de las más importantes reliquias antiguas.

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