Los factores que impiden ahorrar

Los factores que impiden ahorrar

Persona ahorrando (Fuente externa)

El ahorro es un hábito que se adquiere desde muy jóvenes y que permite hacer frente a situaciones inciertas.

Pero, ¿por qué no se logra ahorrar? Según el portal Consumer, estos son los fallos más frecuentes que te impiden ahorrar.

1. No sé ahorrar

El ahorro precisa de un aprendizaje desde muy pequeños. Los niños necesitan una cultura financiera con la que aprender a través de la administración de sus propios recursos.

Para ayudarles, existen planes de ahorro individuales, pero también vale usar una modesta hucha.

2. Descuidar los gastos

Una de mejores formas para ahorrar es crear un presupuesto en el que estén definidos todos los gastos que deberán afrontarse cada mes.

Si se cumplimenta del modo correcto, siempre habrá una oportunidad para destinar parte de los ingresos fijos a una cuenta de ahorro u otro producto de similares características, aunque sea a costa de privarse de algún capricho personal o que no sea necesario.

3. No encontrar el producto adecuado

Puede que el error no se deba tan solo a una falta en el cambio de costumbres. En ocasiones, el fallo es no detectar el producto bancario más adecuado en función de cada edad, una incidencia que dificulta el ahorro.

Es necesario que este problema se subsane cuanto antes y aprender las prestaciones más útiles para ahorrar.

4. No definir los objetivos

Antes de comprar un piso es habitual conocer cada paso que se tiene que dar. Pues con el ahorro pasa lo mismo: hay que tener unas finalidades muy claras.

El motivo del ahorro puede ser sufragar los estudios, realizar un viaje al extranjero o hacer frente a un tratamiento médico muy costoso.

De este modo, se estará en condiciones de impulsarlo y concretar el importe del fondo.

5. Fuerte desequilibrio entre ingresos y deudas

Es la forma más habitual para no llegar nunca a esta estrategia personal: las deudas contraídas (préstamos, hipotecas, tarjetas, etc.) impiden llegar a los niveles de reserva en los ingresos.

Ante este escenario, será aconsejable no embarcarse en nuevas líneas de financiación, además de ajustar los gastos en función de los ingresos anotados en la cuenta corriente.

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