Independientemente de las actividades preventivas adoptadas por los organismos correspondientes, con el presidente de la República Luis Abinader a la cabeza, para combatir la ola de violencia delincuencial que sacude al país, deben desarrollarse campañas de educación y de promoción de valores, hacia lo interno de la familia, para contrarrestar la vorágine de feminicidios que sacude a la sociedad dominicana.
Resulta alarmante la cantidad de mujeres que, cada año, caen víctimas de asesinatos violentos de parte de sus parejas o ex parejas que ni siquiera se detienen a pensar en el daño colateral que les infligen a sus hijos los cuales, en muchos casos, quedan huérfanos de padre y madre cuando el victimario opta por quitarse la vida una vez consumado el crimen contra su víctima.
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Estos cobardes crímenes van cada día en aumento como indican las estadísticas que reseñan 42 asesinatos violentos contra mujeres indefensas en los primeros seis meses del presente año, superando en un 35 por ciento los casos similares ocurridos durante el primer semestre del pasado 2022, según estadísticas de la Fundación Vida sin Violencia que dirige la señora Yadira Fondeur.
El gobierno, las iglesias y la sociedad civil deben aunar esfuerzos para combatir un mal que debe avergonzarnos como pueblo civilizado.