Los fondos de la capitalización

Los fondos de la capitalización

POR BERNARDO CASTELLANOS
A partir de Agosto de 1999, fecha en la que se inicia la capitalización del sector eléctrico, con la toma de posesión por parte de las empresas privadas, de la administración y control de las empresas capitalizadas Edenorte, Edesur, Edeeste, Haina e Itabo, son muchas las personas que se han preguntado y cuestionado, en que fueron invertidos los famosos dineros que las empresas privadas trajeron al país, como aporte de capital, para las empresas que recién eran capitalizadas.

Hay que recordar, que atendiendo a una recomendación y sugerencia de las autoridades de entonces del Banco Central, los aportes de capital, ascendentes en ese entonces a unos US$600 millones, fueron depositados en cuentas bancarias en el extranjero, con el objetivo de evitar una sobre liquidez en la economía dominicana.

A raíz de la compra de las acciones que poseía Unión Fenosa en las empresas distribuidoras Edenorte y Edesur, por parte del Estado Dominicano, en septiembre del 2003 se obtuvieron las informaciones contables y financieras de en donde fueron invertidos los recursos económicos que, como aporte de capital, Unión Fenosa, había traído al país, para capitalizar las dos (2) distribuidoras bajo su responsabilidad.

Como puede apreciarse, del total del dinero que Unión Fenosa debía aportar como capital en las distribuidoras Edenorte y Edesur, unos US$211.90 millones, solo el 10.49%, equivalentes a US$22.24 millones, fue utilizado en inversiones de capital, para mejorar dichas empresas. El resto, equivalente al 89.51%, unos US$189.66 millones, fue utilizado para el pago de gastos corrientes. Estos gastos corrientes, fueron divididos entre los pasivos de dichas empresas distribuidoras que debió asumir el Gobierno Dominicano, unos US$34.20 millones, equivalentes al 16.14% del total de aporte de Unión Fenosa y US$155.46 millones, equivalentes al 73.37% del aporte de Unión Fenosa, el cual fue utilizado en gastos asociados al proceso de capitalización, para el pago de la energía comprada por esas distribuidoras a los generadores y en el pago del canon de administración a Unión Fenosa Internacional (UFI).

La situación de descalabro financiero de las distribuidoras, debido al alto nivel de pérdidas que tenían esas empresas, de los elevados precios que tenían que pagar a los generadores por la compra de energía, según los contratos firmados con los generadores dentro del proceso de capitalización, se evidencia en el alto nivel de endeudamiento que dichas empresas mostraban a finales del 2001, con empresas vinculadas a Unión Fenosa Internacional y a junio del 2001, con la banca privada según los siguientes cuadros

 En el año 2002, debido al aumento del deterioro de la situación financiera de las distribuidoras Edenorte y Edesur, Unión Fenosa Internacional, garantizó un préstamo con el Banco Interamericano de Desarrollo, BID, por un monto de US$188 millones, de los cuales, el disponible neto a ser utilizado por dichas empresas, luego de cubiertos los gastos legales asociados al préstamo y al pago de la primera cuota del mismo, fue de US$158.30 millones El desglose de los gastos que fueron cubiertos por Edenorte y Edesur entre el 2002 y Septiembre del 2003, con cargo al préstamo desembolsado por el BID, es el siguiente:

Del total de recursos netos recibidos por Edenorte y Edesur, ascendentes a US$158.30 millones, el 69.93%, equivalente a US$110.70 millones, fue utilizado en el pago a empresas vinculadas a Unión Fenosa Internacional. El resto, unos US$47.60 millones, equivalentes al 30.07%, fue utilizado en otros pagos Es importante resaltar y destacar, que del préstamo tomado por Edenorte y Edesur con el BID, con garantía de Unión Fenosa Internacional, no se empleó un solo centavo en inversiones de capital en dichas empresas.

En septiembre del 2003, cuando el Estado Dominicano, adquiere las acciones de Unión Fenosa, por un monto de US$348.7 millones, pagando un primer pago a anticipo por US$15 millones, la deuda pendiente de pago con el BID era de unos US$139,317,981, los cuales debieron ser saldados inmediatamente por Unión Fenosa Internacional ante las exigencias formuladas por el BID. 

A raíz de la operación de compra de las acciones de Unión Fenosa en Edenorte y Edesur, realizada en septiembre del 2003, en una declaración de prensa divulgada por Unión Fenosa Internacional, decía. “La operación supondrá una minusvalía de 160 millones de euros, en línea con lo previsto en la comunicación realizada a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el pasado día 14 de agosto, y no altera la previsión del resultado neto realizada por la compañía para el actual ejercicio”. La palabra minusvalía, significa pérdidas. Hay que recordar, que Unión Fenosa es una empresa pública que cotiza en varias bolsas de valores europeas, incluyendo la española, lo que hace poco probable que declare pérdidas en una operación en la que supuestamente obtuvo ganancias. Lo que sí se ha visto, son empresas públicas que cotizan en bolsas de valores, como Enron y Worldcom, las cuales alteraron estados financieros para declarar ganancias, en operaciones o ejercicios fiscales en los que habían obtenidos pérdidas, logrando engañar a los accionistas.

Las grandes inversiones que se produjeron en el sector de generación, como la conversión a carbón (incluyendo la construcción de un puerto para la descarga y manejo del carbón), de las plantas Itabo I y II (250 Mw.), para hacerlas más eficientes, generando a un costo menor, la conversión a gas natural (incluyendo la construcción de un gasoducto), de las turbinas a gas de Los Minas V y VI (230 Mw.), para hacerlas más eficientes generando a un costo menor y la instalación de la planta a gas natural AES Andrés (300 Mw.), la cual incluye la construcción de la primera terminal para gas natural en el país, la instalación de la Sultana del Este (150 Mw.), las cuales superan los US$600 millones, fueron realizadas luego de la firma del Acuerdo de Madrid, en agosto del 2001, debido a la estabilidad económica y financiera que dicho acuerdo brindó al sector eléctrico, facilitando el acceso a fuentes de financiamiento en mejores condiciones, en términos de plazos y tasas de interés a la que dichas empresas generadoras podían obtener, con los contratos de compra y venta de energía firmados durante el proceso de capitalización.

Es preciso y oportuno recordar, que el proceso de capitalización del sector eléctrico, implementado a partir de agosto de 1999, entregó al sector privado las empresas capitalizadas (Edenorte, Edesur, Edeeste, Haina, Itabo), sin ningún tipo de pasivos, ya que los mismos fueron asumidos por el Estado Dominicano, y una parte, por los aportes de capital de las empresas privadas.

Para diciembre del 2001, a casi dos años y medio (veintiocho (28) meses para ser más exactos) del inicio de la capitalización, las dos (2) empresas distribuidoras en poder de Unión Fenosa, Edenorte y Edesur, con casi el 70% del total de clientes del sector eléctrico, ya tenían deudas superiores a los US$350 millones, mientras que para septiembre del 2003, ya las deudas  superaban los US$540 millones. Es de suponer, que la situación de la otra distribuidora, Edeeste, tenía que ser por lo menos similar.

Los datos aportados anteriormente, ponen en evidencia que la falta de inversión de capital de las empresas privadas en las distribuidoras, como fue su compromiso inicial,  es una de las razones del por qué fracasó el modelo de capitalización del sector eléctrico dominicano, implementado en el país a partir de agosto del 1999, por las mismas autoridades y funcionarios que hoy dirigen el sector.

Esos mismos funcionarios, quienes fueron los responsables del diseño, elaboración y firma de los contratos, que han resultado ser tan perjudiciales al interés nacional, y cuyas consecuencias dañinas a la economía de la Nación y a la población estamos todavía padeciendo y seguiremos padeciendo por muchos años más, son las mismas personas que en la actualidad, con sus acciones, tolerancia y permisividad a las violaciones continuas de la Ley General de Electricidad,125-01, que solo han servido para beneficiar a los generadores privados en perjuicio del Estado Dominicano y de la población, han llevado al sector eléctrico a la situación de que, a veinte (20) meses de haber asumido sus respectivos cargos, lo único que pueden exhibir frente a la población y el país, es más subsidios, menos generación, que se traduce en más apagones y una tarifa eléctrica más cara.

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