Los fuegos incendian 100 mil tareas

Los fuegos incendian 100 mil tareas

POR ELIAS RUIZ MATUK Y VICENTE SOBREVELA
El secretario de Medio Ambiente, Max Puig, informó ayer que disminuyó la intensidad de los incendios en la cordillera Central y estimó que 100,000 tareas de bosques fueron afectadas por los fuegos. Asimismo, productores de café de Polo, en Barahona, dijeron que los fuegos en las estribaciones del este de la sierra del Baoruco, han destruido desde el jueves 7,000 tareas de café.

Las autoridades de la secretaría de Medio Ambiente en Barahona, informaron que carecen de suficiente personal para combatir los incendios, porque los bomberos forestales fueron prestados para combatir los fuegos en la cordillera Central.

Puig indicó que subsisten importantes focos «en la zona de Macutico, en el parque nacional José del Carmen Ramírez», en la vertiente sur de la cordillera, y en la loma La Pelona, al norte.

Mientas que el secretario de las Fuerzas Armadas, almirante Sigfrido Pared Pérez, dijo que por el momento con los técnicos y los dos helicópteros prestados por el gobierno de Venezuela, y el personal local «podremos sofocar los incendios que aún permanecen».

Indicó que entre los bomberos forestales, personal militar y voluntarios hay unas 700 personas combatiendo los fuegos en la cordillera Central.

Pared Pérez manifestó que se hizo un plan para las Fuerzas Armadas vigilar permanentemente todo el país con la colaboración de la aviación civil doméstica y el Aeroclub Dominicano, los que en sus vuelos regulares reportarían cualquier anormalidad.

De su lado, Puig advirtió que existe la posibilidad de que se produzcan nuevos incendios «ya que estamos en un período de sequía, que es propicio para fuegos en las lomas».

CULPA TRASHUMANTES

Atribuyó los incendios al «conuquismo», porque pequeños agricultores tratan de preparar porciones de tierra para aprovechar las aguas de mayo y hacer sus siembras, «aunque no descartamos la posibilidad de que estos incendio hayan sido provocados intencionalmente, por lo que se realizan las investigaciones de lugar».

Dijo que los 80 pequeños incendios que se detectaron en el mes de marzo afectaron 15,000 tareas y que la evaluación preliminar de los incendios mayores en La Pelona, Macutico y Manabao indica que podrían haberse afectado 100,000 tareas.

«todavía no se tiene una evaluación precisa, porque todavía los incendios están en curso, por lo que hasta tanto no sean extinguidos no se podrá hacer una evaluación de la cantidad de terreno afectado,» indicó.

HELICÓPTEROS

Puig agradeció la colaboración del presidente de Venezuela Hugo Chávez.

Indicó que los helicópteros cisterna que prestó el gobierno de Venezuela, hasta las 3:00 de la tarde de ayer, habían realizado 38 vuelos descargando agua sobre las áreas incendiadas.

Indicó que el personal militar, de Medio Ambiente y voluntarios de la zona ayudó a improvisar dos embalses para que los helicópteros pudieran abastecerse de agua para hacer las descargas sobre los incendios.

Ayer los secretarios Pared Pérez, de las Fuerzas Armadas, y Puig, de Megio Ambiente, se reunieron en la secretaría de las Fuerzas Armadas para planificar las acciones que tomarán.

FALTA LIDERAZCO

Los incendios que desde hace 15 días consumen la principal reserva forestal de la República Dominicana demuestran, por segunda vez en tres semanas, la incapacidad local en prevenir y afrontar desastres, afirmó ayer un cable de la agencia española EFE.

Informes oficiales, indica la agencia noticiosa, aseguran que al menos 7,000 hectáreas de bosque han sido devoradas por las llamas en la cordillera Central, principal sistema montañoso y orográfico del país.

La tardía reacción de las autoridades ante las dimensiones del siniestro, sumado al casi nulo equipamiento de sus organismos, ha colocado a la nación caribeña al borde de una seria crisis hidrológica, agrega.

«La cantidad de bosque que se ha perdido disminuye la capacidad de captación de agua y esta reducción tendría un impacto terrible sobre la calidad de vida y sobre la estabilidad productiva de los sistemas agrícola y pecuarios», dijo a EFE el biólogo Luis Carvajal, miembro de la Academia de Ciencias.

El fuego ha hecho estragos en los parques nacionales Armando Bermúdez y José del Carmen Ramírez, donde predominan el pino criollo y el cedro, además de que en la zona nacen varios ríos importantes.

Las primeras declaraciones oficiales sobre los incendios pasaron casi desapercibidas, en momentos que el gobierno anunciaba un amplio operativo de prevención con motivo de la Semana Santa.

Y aunque organismos gubernamentales fueron integrados a las labores de extinción, la ausencia entre ellos de un claro liderazgo y la falta de equipos adecuados contribuyó a que las llamas continuaran arrasando todo a su paso.

Ante la gravedad del problema, el gobierno anunció el martes pasado que había solicitado ayuda a Estados Unidos para que «en las próximas horas» enviara una aeronave capaz de ayudar a los esfuerzos locales para controlar la situación.

Seis días después, el avión no ha llegado y sólo anteayer dos helicópteros y personal especializado de Venezuela se constituían en el único apoyo exterior para enfrentar los incendios.

«La frecuencia de fuegos forestales en el país es de tal magnitud que supera la capacidad regenerativa de muchos de estos ecosistemas y, obviamente, podemos entrar en procesos degenerativos continuos», expresó Carvajal, quien además de biólogo es ambientalista.

El profesional recomendó al gobierno que, al menos en la etapa crítica de sequía, utilice como guardabosques a militares especializados.

Las llamas que destruyen la vida vegetal del centro dominicano hacen recordar la aún latente tragedia del 7 de marzo pasado donde 136 reclusos murieron carbonizados en un incendio desatado tras un motín en la cárcel de Higüey, dice la agencia EFE.

En esa ocasión, como ahora, las autoridades parecieron ser sorprendidas con situaciones que, dadas las condiciones que las procrean, eran perfectamente previsibles.

El informe oficial sobre lo ocurrido en ese penal, acusa de negligencia y homicidio involuntario a los custodios del recinto, y a varios reclusos protagonistas del motín, pero las investigaciones también acusan al cuerpo de bomberos del municipio, y dejaron al descubierto la fragilidad del sistema carcelario dominicano.

La República Dominicana, que comparte la isla de La Hispaniola con Haití, conoce de las terribles consecuencias que para ese país ha significado la destrucción de su zona boscosa.

La improvisación frente a los desastres parece ser la norma y no la excepción para los dominicanos, que aún recuerdan la negativa del entonces director de la Defensa Civil de abrir los refugios mientras ya el país empezaba a sufrir los efectos del huracán Georges, que azotó la nación en septiembre de 1998, indicó la EFE.

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