La Asociación Dominicana de Industrias Eléctricas (ADIE) consideró que cuando se logre la mejoría en la calidad del servicio eléctrico y los clientes paguen una  tarifa  que refleje los costos, ellos mismos gozarán adicionalmente de los inmensos ahorros que significa no tener que comprar inversores y tampoco   plantas de emergencia ni adquirir  combustibles para ellas.

Pero para lograr esos beneficios hay que aplicar  desde ahora a los usuarios del sistema eléctrico tarifas  que reflejen los costos, expuso la entidad.

“Resulta difícil de entender la lógica que hay detrás de las acciones de la Superintendencia de Electricidad que, incluso contrariando el último acuerdo Stand By que el gobierno firmó con el Fondo Monetario Internacional, ha dicho recientemente que las tarifas a los consumidores finales permanecerán fijas, y que, consecuentemente, los clientes pueden estar tranquilos” en ese sentido, sostiene la Adie, cuyo contenido expone en un editorial de su página web.

 La  CDEEE informó el viernes que   el  83.4% de los consumidores que pagan el servicio de electricidad lo hacen con tarifas que están por debajo del costo promedio de la generación, que según sus cálculos es de 14 centavos de dólar y el 73% de los usuarios residenciales se les cobra a diez.

La Adie plantea que en el país existe en ese sentido, una “distorsión de precios, que no toma en cuenta por ejemplo las variaciones en el precio de los combustibles, que son un recurso que el país debe importar, pagando precios internacionales”. Señala que consecuentemente “las empresas distribuidoras agudizarán sus déficit financieros, con lo que no dispondrán de recursos para mejorar la calidad del servicio que proveen y ello afectará a los clientes”.

“Tampoco ellas  dispondrán de suficientes recursos para comprar la energía que ellos  requieren y entonces continuarán y probablemente empeorarán los apagones”, señala.

 La Adie dice   que los clientes tampoco alcanzarán  tranquilidad, pues continuarán comprando y manteniendo inversores. En tal caso, los clientes deberán seguir comprando combustible a precios elevados para operar plantas eléctricas   a las que destinan importantes recursos en mantenimiento y  continuarán los problemas ambientales, sostiene la entidad.