San Francisco de Macorís.
Si de algo sienten orgullo los principales directivos de los Gigantes del Cibao es de las condiciones en que se encuentra su estadio de béisbol, el Julián Javier.

En entrevistas por separado con algunos de los miembros de su consejo de dirección, el tema “estadio” es uno de los que abordan con mayor entusiasmo.

Pero ese entusiasmo se extiende en otras personas estrechamente vinculada con la organización y que desempeñan posiciones de alta responsabilidad.

En esta línea se inscribe la gerente administrativa de los Gigantes, Yissel Infante, quien asegura que el Julián Javier ha sifrido una transformación de un 90 por ciento en los últimos dos años.
Destaca, asimismo, las excelentes condiciones en que se encuentra el terreno de juego, el cual, según dice, está avalado por la MLB (Major League Baseball).

El mismo presidente de la organización, Samir Rizek, destaca el hecho de que en el presupuesto anual de los Gigantes, un cinco por ciento está consignado para la remodelación y el mantenimiento del estadio.

La instalación fue construida para el 1975 y forma parte del complejo deportivo Juan Pablo Duarte de aquí, aunque se convierte en el hogar de los Gigantes desde la temporada 1996-97, cuando empieza a operar la franquicia.

El estadio es propiedad del Estado, pero en los últimos dos años, los Gigantes han asumido su mantenimiento.

“Estoy convencido de que se trata del estadio que presenta las mejores condiciones de los que albergar partidos en el torneo de béisbol invernal”, dice Antonio -Pap- Romero, asistente del presidente.
En la misma dirección se inscriben José Aníbal García, segundo presidente de los Gigantes.

Otro elemento que resaltan es el hecho de que se trata del único estadio del país con un moderno gimnasio en el camerino.