Los grandes exportadores minan desarrollo con sobornos en extranjero

Los grandes exportadores minan desarrollo con sobornos en extranjero

Bruselas (EFE).- El soborno que las empresas de grandes países exportadores practican de manera habitual en el extranjero frustra los esfuerzos de las economías en desarrollo por mejorar su gobernabilidad y luchar contra la pobreza, según un informe de la organización Transparency International (TI).

El estudio analiza la práctica de pagar sobornos por empresas con sede en los principales treinta países exportadores del mundo, cuya exportación global combinada representaba el 82 por ciento del total mundial en 2005.

El Indice de Fuentes de Soborno (IFS) de 2006 demuestra que Suiza es, con una puntuación de 7,81 sobre 10, el país menos corrupto, seguido de Suecia (7,62) y Australia (7,59).

El IFS, que refleja la percepción de más de 8.000 empresarios de 125 países, clasifica a países y no a empresas porque pretende señalar el éxito o el fracaso de los gobiernos en controlar la corrupción transfronteriza en que incurren las compañías de su país.

España se sitúa con 6,63 puntos en el decimotercer puesto, es decir justo por encima de la mitad de los treinta países analizados, mientras que México ocupa el decimoséptimo lugar de la lista con 6,45 puntos y Brasil está en el veintitrés con 5,65 puntos.  El director ejecutivo de Transparencia Mexicana, Eduardo Bohórquez, destacó hoy en rueda de prensa la alta puntuación de su país a nivel regional.

Sin embargo, lamentó que México se enfrenta a una competencia injusta por parte de aquellos países que disponen de enérgicas medidas anticorrupción nacionales, pero que no siempre las convierten en prácticas comerciales responsables en el extranjero.

Estados Unidos comparte con Bélgica el noveno puesto, con una puntuación de 7,22, y los países que cierran las filas son Turquía (5,23), Rusia (5,16), China (4,94) e India (4,62).  Pese a que existen leyes internacionales contra el soborno, como las convenciones anticorrupción de la ONU y de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), todavía hay serios problemas de aplicación, concluyó TI en su informe.

La presidenta de la organización, Huguette Labelle, destacó que ninguno de los países analizados puede estar orgulloso del resultado que obtuvo en el IFS, ni siquiera Suiza con su puntuación de 7,81, si una puntuación de 10 indica la percepción de que no existe corrupción y un cero significa que la corrupción se juzga desenfrenada.  Labelle también recalcó la mala clasificación de Italia y Francia que, al aislar las respuestas de los encuestados africanos, se sitúan entre los seis países de menor puntuación en general.

Según la presidenta del TI, las víctimas de estas prácticas son los países en desarrollo, que ven obstaculizados sus intentos de salir del círculo vicioso de la pobreza, y los consumidores, que tienen que pagar un precio más alto por los productos.

Como posibles medidas para invertir la situación, TI pidió una mejor aplicación de las convenciones existentes por los países firmantes y recomendó a las autoridades chinas, indias y rusas que adopten voluntariamente las disposiciones de la directiva sobre anticorrupción de la OCDE.

También recomendó a las empresas que adopten y apliquen políticas internas estrictas, aplicables también a sus agentes, subsidiarios y filiales, para fomentar la intolerancia al soborno.

Además, consideró que los bancos multilaterales de desarrollo deben excluir de sus foros a las compañías culpables de cometer actos de soborno en el extranjero y que los países en desarrollo deben enjuiciar severamente a las empresas extranjeras culpables de esta práctica en suelo nacional.

En este sentido, Labelle recordó el importante papel de los medios de comunicación, de los que depende en gran parte la reputación de las empresas, pues una imagen empañada en el país de origen a causa de una crítica desfavorable puede costar caro.

Las empresas cuya cultura admite los sobornos en el extranjero corren un mayor riesgo de ser perjudicadas por las acciones poco éticas de sus propios empleados, por lo que a largo plazo se beneficiarían de adoptar medidas contra las prácticas corruptas, indicó TI en su informe.

Transparencia Internacional, fundada en 1993, es la única organización no gubernamental a escala mundial dedicada exclusivamente a combatir la corrupción.

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