Los grupos emergentes requieren de iniciativas auténticas

Los grupos emergentes requieren de iniciativas auténticas

A pesar de las dificultades que han confrontado los partidos mayoritarios, los escándalos que en que se han visto envuelto y los errores gubernamentales, la verdad es que como ocurre con la pelota donde las mayorías se  mantienen fieles a sus equipos,  los perredeístas siguen en su partido y los peledeístas en el suyo; lógicamente, estableciendo  diferencia entre miembros o militantes y  los que se mueven según las coyunturas electorales, porque los que han brincado de bando  no representan porcentajes considerables.

Y aunque en la actualidad  existe muy poca diferencia programática e ideológica entre lo que enarbolan ambos partidos que no sea su historial,  sus recuerdos, sus símbolos y sus mentores, como tienen un terreno ganado, si se quiere sentimental,  ocurre igual que en la pelota, que aún ganando o perdiendo los equipos tradicionales, sus fanáticos  se mantienen fieles y aún viviendo en otras localidades  arrastran o influyen en las simpatías de  sus familiares, hijos y nietos, manteniéndose con mayor respaldo.

Y  como habrá elecciones en el 2016 y no existen alternativas sustentables  a la vista, por más problemas internos que tengan los dos grandes partidos  la lucha será entre ellos, no importa si uno se agencia más refuerzos que el otro, en definitiva participarán  y las simpatías se repartirán mayoritariamente entre ambos. Uno  saldrá victorioso, pero el otro en segundo lugar  con indudables logros.

Eso les crea un gran problema a los grupos que quieren superar su condición de minoritarios, sobre todo los que agrupan personas con pensamiento de  izquierda, pues no han podido diferenciarse y plantear modelos nuevos con capacidad de prender en la conciencia de la gente. No han buscado nichos especiales donde crecer, ni patrones o pié donde colocar sus  injertos.

Casi todos los grupos emergentes, algunos de cuyos líderes  han encanecido en sus esfuerzos, se han agotado porque quieren seguir los mismos modelos de los tradicionales y por esa vía no será posible alcanzar metas sustanciales. Se han equivocado de ruta y han confundido tácticas, estrategias, estratagemas, objetivos y medios.

Los líderes, movimientos o grupos que en nuestro continente han logrado éxito, ha sido a base de acciones auténticas,  logrando convencer a la gente de que representan algo  nuevo, diferente y con posiciones claras  respecto al establishment. Dando señales de la necesidad de romper con el status quo y sin formar parte de los grupos nacionales o foráneos que los sustentan, pero  nuestros grupos emergentes, queriendo ser diferentes se han confundido con los tradicionales y al final éstos los arrastran.

Tampoco han tenido ni tendrán éxito aplicando la estrategia de insertarse en los partidos tradicionales para desde dentro tomar el toro por los cuernos, porque si algo han aprendido los políticos tradicionales,  jóvenes y mayores, es a cuidar sus espacios y defenderlos con palos, piedras y hasta con tiros. En tal virtud, lo más recomendable para ellos es irse al seno del pueblo llano, diferenciándose de los tradicionales como de  los grupos de poder. 

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