Los haitianos incordian a los dominicanos

Los haitianos incordian a los dominicanos

El gobierno haitiano no pierde ninguna oportunidad para alterar las ya de por si tensas relaciones a nivel oficial de los dos gobiernos de la isla. Está siempre a la caza de alguna excusa para incordiar a los dominicanos y darle por donde más nos duele, en este caso las exportaciones dominicanas, que tanto favorecen a los empresarios nacionales.

La decisión haitiana de obligar que el envío de unos 23 productos industriales dominicanos a su país solo sea por la vía aérea o marítima, es una forma de retaliación por las deportaciones y los líos que se han armado con el transporte terrestre, en que sus transportistas no toman parte de un trasiego millonario que favorecen a unos empresarios dominicanos que han tratado que la opinión pública los apoye para hacer desistir que sus similares de Haití no tengan parte del pastel que supera varios millones de dólares anuales.

Los haitianos, con estas nuevas medidas de prohibiciones, prosiguen en su estrategia de golpear a los dominicanos en las restricciones de las exportaciones al vecino país que enriquecen a un sector local que nutre a un mercado que antes se creía muy pobre. Ya tal cosa no es así por el volumen de las ventas y con el crecimiento de una población que, pese a sus altos índices de pobreza y de insalubridad, también tienen diez millones de habitantes y lo alcanzaron primero que nosotros.

Además, en Haití se celebrarán elecciones presidenciales y mientras las actuales autoridades más incordien y sean más agresivas en contra de los dominicanos, mejor les iría al oficialismo en las urnas, que en vista de los resultados de las elecciones pasadas, las mismas no representaron el universo de una mayoría aceptable para legalizar un gobierno electo por una minoría de votantes.

Otro aspecto de esa agresiva acción anti comercial de los haitianos es para que el gobierno dominicano afloje sus aprestos para aumentar el ritmo de las deportaciones de ilegales, en que ellos nunca se han ocupado de proveerles documentos de identidad, que hasta ahora son los dominicanos que se lo están proporcionando, y prueba es ver las largas filas de sus ilegales en la búsqueda de los documentos que ya habían depositado sus solicitudes para regularizarse y asegurar su estadía en el país sin temor a ser expulsados, aun cuando los deportados retornan impunemente al territorio oriental de la isla.

Los estrategas de la política haitiana en contra de los dominicanos le conocen el lado flaco a la opaca y tímida diplomacia dominicana, ahora en revisión y recomposición. Pero llegar al nivel de capacidad y malicias de los homólogos del lado occidental de la isla le falta todavía un tiempo de mucha experiencia y manejos de situaciones, que ellos saben muy bien articular y ponernos en contra de la opinión pública internacional, cosa que nunca ocurría cuando el Palacio Nacional dominicano estaba ocupado por un Rafael Trujillo o un Joaquín Balaguer.

Además, los haitianos ya conocen que los dominicanos estamos enfrascados en el preámbulo de un proceso electoral sui géneris, en que el presidente constitucional dominicano busca en las urnas un apoyo unánime y absoluto de la población, por lo cual el clientelismo está con toda su artillería desplegada, por lo tanto, los estrategas occidentales creen que eso les da la oportunidad de ser más agresivos en contra del país, ya que supuestamente no tienen tiempo de reflexionar y darse cuenta de lo que ellos persiguen, cuya meta es, sin lugar a dudas, una eliminación paulatina de la ya inexistente línea fronteriza. Los dominicanos deben ser más proactivos, que aparte de la exhibición bélica de cada 27 de Febrero del armamento dominicano en tediosos desfiles para mantener amedrentados a los haitianos, para tomar acciones más contundentes. Conociendo la enorme cantidad de parturientas, que a cuenta de la calidad para ellos de los hospitales dominicanos desde Santiago a la frontera noroeste, se debe frenar ese flujo, y como prerrogativa del Estado, después del parto, regular la frecuencia de los embarazos. A la vez las autoridades dominicanas ser más drásticas para frenar el corte de leña y la preparación de carbón en la parte dominicana de la frontera. Con esa acciones, los haitianos se darán cuenta que los dominicanos ya no esperan recibir todos los golpes, ni están con su ñeñé de esperar estoicamente las agresiones haitianas.

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