Exuberante, espectacular,  inspirador  y hermoso son algunos de los adjetivos que pueden usarse para describir el Parque Nacional de Los Haitises, visto desde el litoral. Y podrían ser muchos más, porque se trata de una reserva de agua con una belleza y características singulares sólo encontradas en tres lugares del planeta: Cuba, Vietnam y República Dominicana. ¡Qué afortunados!.

El enclave de Los Haitises tiene una extensión de 1,600 kilómetros cuadrados y toca parte de seis provincias: Monte Plata, Duarte, María Trinidad Sánchez, Hato Mayor, Samaná  y El Seibo. Es una reserva estratégica de agua para el futuro, dada la desaparición del preciado líquido que avanza en las fuentes superficiales de nuestro país.  Además de su importancia para  la biodiversidad, por su flora y por su fauna, tiene valores históricos, culturales y antropológicos. Y es que una de sus cuevas, la Cueva del Templo, atesora mil doscientas pictografías, el mayor número encontrado hasta ahora en una sola cavidad.

“Haitises” es un vocablo indígena que significa “tierra alta”. Está integrado por miles de mogotes, en su mayoría copados por vegetación, que aparentan ser compactos, pero en su interior poseen cuevas con pictografías y petroglifos indígenas. Desde el aire el conjunto de mogotes da una impresión de ser  un cartón de huevos. Los puntos más atractivos del parque son  la laguna y manglares de  Caño Hondo, Caño Chiquito, la bahía de San Lorenzo, el Bosque Húmedo;  las cuevas Ojo de Cielo, La Arena y  de San Gabriel; Cayo de los Pájaros;  Cayo de las  Garzas  y la desembocadura del río Los Naranjos. El recorrido por estas  zonas, a pie y en bote,  puede tardar hasta cuatro horas, durante las cuales el visitante muy difícilmente se aburrirá. Y si desea permanecer por más de un día, existe la opción del hotel ecológico Paraíso Caño Hondo, en el paraje del mismo nombre de Sabana de la Mar, donde puede disfrutar una estancia en contacto total con la naturaleza.