Tras la reciente caravana de migrantes haitianos que llegó a la frontera sur de Estados Unidos, miles de ellos han sido enviados de vuelta a la nación del Caribe, incluidos centenares de menores de edad que nacieron en otros países de América Latina y son ciudadanos de esas naciones.
BBC Mundo contactó con la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos para conocer las bases legales de la deportación de estos menores a Haití y su posición sobre las denuncias realizadas en esta historia, pero no tuvo respuesta antes de la publicación.
Según cifras de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), más de 800 niños fueron deportados por EE.UU. a Haití entre el 19 de septiembre y el 4 de noviembre pasados.
De ellos más de 400 habían nacido en Chile, 84 en Brasil, seis en Venezuela y uno en Ecuador, otro en Nicaragua y otro en Panamá.
«Ese es el número de los que hemos podido confirmar con algún tipo de documento, ya sea partida de nacimiento, pasaporte o alguna identificación. Pero la cifra puede ser mucho mayor dado que algunos no cuentan con documentos o aseguran que los perdieron», dice Giuseppe Loprete, jefe de la misión de la OIM en Haití.
Datos de autoridades panameñas indican que de 19.000 menores migrantes que cruzaron sus fronteras este año, 7.000 eran nacidos en Chile y 4.000 en Brasil, todos de padres haitianos.
egún datos de la ONG Witness at the Border, los vuelos de deportaciones que han tenido lugar durante los últimos meses se encuentran entre los más numerosos que se han realizado entre EE.UU. y Haití en la historia para un récord de más de 8.000 personas entre septiembre y noviembre.
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Guerline M. Jozef, directora de la ONG Haitian Bridge Alliance, que representa a inmigrantes haitianos, dice que la cifra se vuelve más alarmante no solo por el número, sino por las condiciones del destino al que han sido enviados.
«Son miles de personas que han sido enviadas a un lugar donde sus vidas corren peligro. Y más alarmante es el caso de estos niños, que nunca habían estado en Haití y que han sido enviados allí sin importar su nacionalidad. Los han enviados a un infierno», comentó.
La activista explica que desde el punto de vista legal, EE.UU. justifica las deportaciones en el llamado Título 42, una política aprobada durante el gobierno de Trump para deportar de forma exprés a los inmigrantes indocumentados, que son considerados un peligro potencial de salud pública por la pandemia de coronavirus.